CAPITULO 27.

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Yeon Jun miró su reloj por tercera vez, ya habían pasado cuarenta minutos desde la hora acordada, hizo una seña al mesero que pasaba junto a su mesa para que rellenara su copa de vino.

"Si no viene en 20 minutos más me voy".

Pensó, aunque sabía que terminaría esperando hasta que el local cerrara de ser posible.

Él realmente esperaba que esa persona llegara.

—¿Choi Yeon Jun?

Una suave voz le llamó a sus espaldas, el nombrado se levantó en seguida para observar al hombre frente a él.

Era ligeramente más bajo que él, lucia una rubia cabellera que competía con él dorado de su esposo, vestía con sencillez y un tanto demacrado, aun así parecía alguien joven y agradable.

—¿Lee Sung Yeol? —preguntó un poco ansioso, aunque sabía la obvia respuesta.

—Así es, señor Choi, disculpe la tardanza.

—No hay ningún problema, agradezco de verdad que se haya presentado —y realmente lo hacía— por favor, tome asiento —pidió sacando la silla frente a él.

—Muy caballeroso —susurró divertido aceptando de todas maneras el acto y sentándose con tranquilidad— gracias.

—Por nada —respondió el menor con nerviosismo, volviendo a su lugar— yo... En serio estoy agradecido por aceptar reunirse conmigo, por favor ordene lo que guste.

El mayor asintió y acto seguido miro la carta del menú.

Por lo menos 10 minutos...

Yeon Jun suspiró, no sabía muy bien cómo iniciar una conversación con el que prácticamente era su suegro.

Le miró con atención, sus razgos eran lindos, a pesar de lo algo descuidado que se miraba, parecía alguien que portaba una belleza natural (como su Soo Bin), aunque podía ver en esos bonitos ojos algo de cansancio, incluso su expresión era triste.

—¿Por qué no sencillamente hablamos para lo que realmente me citó, señor Choi? —preguntó el mayor dejando caer la carta en la mesa y entrecruzando los dedos de ambas manos frente a él.

—Bien... Yo... No estoy muy seguro de por dónde iniciar.

—Entiendo... —Sung Yeol asintió compresivo— por qué no inicias diciéndome cómo está él.

—¿Perdón? — Yeon Jun entendía perfectamente de quién hablaba, aunque no esperaba que el mayor fuera directo al grano.

—Dime, ¿cómo está Soo Bin?, ¿cómo está mi bebé?

Soo Bin entró a la empresa con paso inseguro, era la primera vez que iba acompañado de su bebé

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Soo Bin entró a la empresa con paso inseguro, era la primera vez que iba acompañado de su bebé.

Sung Hoon reposaba en su pecho, pegado a él gracias a la cangurera, durmiendo con tranquilidad y ajeno al ajetreo del lugar.

MY MAN -YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora