Capítulo 3

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Aclaraciones: la portada no me pertenece, es de la artista @fery_dds.

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–Póker –dijo la mujer, sonriendo triunfalmente.

–Joder –dijo uno de los hombres.

–¿Otra vez? –murmuraba otro.

Kid tenía el ceño fruncido, arrojó sus cartas sobre la mesa, sin ignorar la muesca que tenía la madera justo donde él estaba sentado. Definitivamente estaba cabreado, esa noche había perdido demasiada pasta. No tenía sentido, aquella mujer los estaba prácticamente humillando.

Con su cara de mosquita muerta, habían caído totalmente en sus redes. Ya habían perdido cuatro rondas contra ella, en cada una apostaban cada uno dos de los grandes y eran cinco jugando.

Nami se frotaba las manos, ansiosa. Una partida más y tendría el dinero suficiente para este mes, el siguiente y para esa cena pendiente con Nojiko. Quería reír, pero aguantó las ganas, aún tenía que mantener la fachada de chica buena.

–Estás haciendo trampas, zorra –la había acusado el pelirrojo sin despegar la mirada de ella.

Empezaban los problemas.

La cara de ella no cambió. Ladeó la cabeza, como si no entendiera bien a qué se refería. Tomó las cartas y comenzó a barajar de nuevo.

–No te hagas la tonta –le gritó, levantándose abruptamente del sitio.

La silla chirrió contra el suelo de manera muy molesta. Kid se acercó peligrosamente a Nami, a la que sacaba dos cabezas de altura, era intimidante. El resto de hombres también se habían acercado un poco, estaba en un callejón sin salida. Tenía que ser más astuta que ellos si quería escapar de esa.

–Tienes alguna carta escondida, seguro –insistió el pelirrojo, mirándola de arriba abajo.

–No sé de qué me hablas –respondió ella, poniendo cara de pena, pero eso ya no le servía.

–¿Y si juega desnuda? –sugirió un tipo.

Todos rompieron a reír, incluido el jefe, que se relamió el labio inferior pensando en ello. Un escalofrío recorrió la espalda de Nami. Ya había vivido situaciones como esa, era una mujer. Tampoco ayudaba el tipo de ambientes por los que se solía mover.

–Suena tentador –rió ella también, pero de forma más suave– Pero es que hace frío y hoy va a llover ...

–Por eso no te preocupes –le murmura aquel hombre, inclinándose hacia ella, sujetándole el mentón–  Que te puedo calentar de sobra.

Y todos volvieron a romper a reír. Nami tragó sonoramente, su rostro peleaba para mostrar sus verdaderas emociones. Estaba en una mezcla entre asustada y asqueada. Apartó la mano de Kid con suavidad y no perdió la sonrisa en ningún momento.

–Bueno, puedo meditarlo –le respondió a sus asquerosas insinuaciones– Pero si me disculpas, necesito ir al baño un momento. Cosas de chicas.

Se apartó del hombre e iba a agarrar su mochila cuando uno de esos tipos la detuvo.

–Por precaución –rió.

Nami sentía que cada célula de su cuerpo le gritaba un "corre de ahí ahora mismo", pero hizo caso omiso. No pensaba largarse sin su botín, sabía lo que significaba volver con las manos vacías a casa de Arlong. No estaba dispuesta a recibir otra paliza. Esos tipos eran duros de roer, más de lo que había pensado. Fue su error subestimarlos.

–No tardes –le ordenó el pelirrojo, tomando la mochila con las pertenencias de la chica como aviso.

La chica asintió intentando parecer tranquila y desapareció pasillo adentro, aguantando las ganas de vomitar por el fuerte olor que provenía de la puerta de la derecha, el baño de hombres. Negó varias veces mientras se tapaba la nariz con fuerza, luego caminó al de mujeres y encendió la luz, cerrando a sus espaldas la puerta.

Insomnia (AU LawNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora