Capítulo 31. Final

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Aclaraciones: la portada no me pertenece, es de la artista @fery_dds.

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Nami había sonreído victoriosa cuando la esposa cedió bajo la presión de la horquilla. Se soltó y luego comenzó a mover la mano en círculos, sintiendo la zona terriblemente dolorida y roja. Se levantó y caminó hacia Law, que tenía los ojos fijos en su figura, aún no se atrevía a hablar. Metió el pequeño objeto en la cerradura, giró y finalmente quedó libre también. Fue entonces cuando Nami volvió a sonreír por primera vez en tantas horas.

–¿Cómo te encuentras? –preguntó, analizando su rostro y horrorizada por sus heridas.

–Mantenerte con vida es lo único que me detiene de salir ahora mismo y matarles –dijo, apretando la mandíbula.

La respuesta era más que obvia, conocía su carácter, y conocía también lo rencoroso que era. Volvió a Dressrosa años atrás para poder vengarse de Corazón, trabajando para la gente que lo había asesinado. Conociendo ahora la verdad también de sus padres biológicos, esa semilla de la discordia, sembrada en lo más hondo de su corazón, lo hacía dudar entre su lado irracional o impulsivo. Pero Nami sujetó su rostro y le obligó a mirarla.

–Prometiste que saldríamos de aquí juntos... –le recordó.

–Estoy cambiando un poco de idea.

Se sentó a su lado, la temperatura del suelo no fue agradable contra la piel de sus piernas descubiertas. Pero igualmente se acercó a él lo máximo que pudo, tomando sus manos entre las suyas temblorosas.

–No estás solo Law... –insistió la muchacha, la sonrisa había desaparecido de su rostro– No puedo ni imaginarme el dolor que llevas dentro, pero no tienes que tragar con ello tú solo.

El cirujano apretó su mano en torno a la de ella y entrelazó los dedos. Tenía razón. No podía dejarse llevar por la idea de venganza solo para suplir sus deseos de honrar la memoria de Corazón. No ahora, que estaba tan cerca de destruir todo lo que había construido Doflamingo a base del sufrimiento de tanta gente.

–Puede que no signifique mucho, pero estaré a tu lado... –ofreció Nami con tono dulce– Siempre que me dejes.

Ella se quedó en silencio. Law soltó una de sus manos y acarició con ternura la mejilla herida de su amiga.

–Ya has hecho mucho por mi, no puedo retenerte conmigo eternamente.

La muchacha le sacó la lengua, ignorando el dolor lacerante de su magullado rostro.

–Por esta vez voy a decirte lo mucho que aprecio tu compañía –bromeó– ¡Pero no te acostumbres!

Y antes de poder acabar la frase, el moreno la atrapó entre sus brazos y la atrajo lo suficiente para unirse en un pequeño abrazo. Ella simplemente se calló, rodeó su espalda y apoyó la cabeza en su hombro. Podía notar el latido acelerado de su corazón, ella también estaba en la misma situación.

Se quedaron largo rato así, en silencio. Era tan agradable ese contacto físico tan cercano, tan íntimo. Finalmente la rabia que sentía Law por dentro se fue apaciguando hasta poder pensar con más claridad. También ayudaba que ella estuviera acariciando su espalda con tanto amor.

–¿Y cuál es el plan ahora? –había preguntado Nami en su oído, su aliento le produjo cosquillas en la oreja.

–Fingir que seguimos atados y esperar a que algún idiota asome la cabeza.

–Me parece perfecto –respondió Nami, rompiendo el abrazo al mismo momento en que escuchó un ruido de la puerta de arriba.

Se miraron brevemente y ambos asintieron en silencio. Cada uno volvió a su posición haciendo el menor ruido posible. Instantes después, Trébol bajaba la escalera con un maletín negro que arrojó al suelo a poca distancia de donde estaba el moreno tirado.

Insomnia (AU LawNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora