Insomnia (AU LawNa)

Capítulo 17

Aclaraciones: la portada no me pertenece, es de la artista @fery_dds.

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Maldita sea. Realmente necesitaba esa ducha. Law gruñó cuando sintió el agua cálida recorrer su espalda, sus músculos se fueron relajando a medida que los minutos pasaban.

Apoyó la cabeza en el azulejo de la pared, cerró los ojos. Algunas heridas le ardían horrores bajo el grifo, pero lo ignoró.

Suspiró una vez, disfrutaba de la calidez del momento. Tomó la esponja y se lavó con cuidado la piel, el agua bajo sus pies salía de color marrón por la suciedad y la sangre. Frunció el ceño, él era una persona bastante escrupulosa y limpia, pero últimamente había tenido que dejar de lado la higiene.

Después de un rato, apagó el agua. Su pequeño problema había desaparecido al pensar en otras cosas. Pero unos toquecitos en la puerta lo sacaron de sus pensamientos.

–Law, están dando las noticias, creo que deberías ver esto –dijo Nami al otro lado.

Se sintió algo molesto por la interrupción pero se dispuso a tomar los bóxer más cercanos una vez abrió la mampara de la ducha. Se quedó pensativo, tal vez no era el mejor momento para bromear pero ¿cuándo lo sería? Se anudó una toalla a la cintura y salió del cuarto dejando todo empañado por la humedad.

Nami se encontraba en el borde de la cama, apoyada sobre sus rodillas, con el mando en la mano y mirando fijamente la pantalla de la televisión que estaba en un mueble frente a ella.

–...y las autoridades han dado la alarma de un peligroso criminal... –decía el telediario.

La pelinaranja reparó en su nueva compañía, posó su mirada en aquel par de orbes grises y luego en el pequeño detalle de estar casi desnudo si no fuera por aquella toalla.

–¡Pero vístete!–había gritado ella con las mejillas coloreadas, sin embargo no apartó la mirada.

–Me has dicho que viniera –se encogió de hombros.

Law solo mostró una pequeña sonrisa mientras se sentaba a su lado calmadamente para ver las noticias. Nami aún no sabía qué responder cuando la televisión interrumpió sus pensamientos.

–En busca y captura un asesino famoso por descuartizar a sus víctimas y guardar las partes en su propia casa –anunciaba la presentadora.

En una esquina se mostró la foto de la ficha policial de Law, aquella que la mafia se había encargado de borrar años antes. Ladeó la cabeza, qué inteligente.

–Este hecho ha conmocionado al barrio donde residía este joven, vean, de diecinueve años, los vecinos no pueden creer que...

El cirujano se había cruzado de brazos, qué bien estaba comprada la prensa y la policía.

–Pero si vivías solo, ¿por qué dicen eso? –preguntó al aire la pelinaranja.

–Y la policía también busca a una joven que ha escapado de la cárcel. Presumiblemente está en compañía del hombre anterior. Las autoridades llaman a la cooperación para poder identificar...

La cara de Nami fue un poema tras ver aquella foto con quince años cuando le abrieron un expediente por robar. Ahora estaba en todas las televisiones del país, y probablemente su cara empapelaria todas las comisarías también, junto a la del hombre que estaba sentado a su lado.

–¿Y ahora qué vamos a hacer? –dijo ella, desanimada, apagando la televisión con el mando.

–Ir al norte –masculló el médico, levantándose de la cama para vestirse.