Capítulo 21

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Aclaraciones: la portada no me pertenece, es de la artista @fery_dds.

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Los tímidos rayos del sol se asomaban por la ventana cuando Nami decidió abrir los ojos para finalizar su descanso. Había pasado una buena noche, mejor de lo que quería reconocer, y se sentía mejor de salud. Parpadeó un par de veces hasta que abrió los ojos, aún perezosos y dormidos.

Ese borrón de color negro que tenía enfrente empezó a cobrar forma y cuando se dio cuenta de la situación, sus mejillas ardían de nuevo. Literalmente estaba a centímetros del rostro aún dormido de Law. Hace días también despertó así pero con la interrupción de la policía, poco pudo apreciar lo tranquilo que se veía así aquel hombre.

Aún poseía esas ojeras bajo los ojos, pero no había ceño fruncido, ni rastro de aquella sonrisa burlándose siempre de ella, parecía otra persona. Y es que debía reconocer que, al tenerlo tan cerca, sus facciones se apreciaban mucho mejor y podía admitir de nuevo que era hasta atractivo ahora que lo podía mirar con tanta calma, acorde a su edad y apenas dos años mayor que ella.

¡No! ¡Nami, detente!

Nami nunca se había fijado en hombres, en general los veía como una simple herramienta para lograr sus objetivos. Aunque él estaba siendo la excepción que confirma la regla, sin olvidar de su cabeza lo sanguinario que podía llegar a ser. Pero ahora esos recuerdos de aquella noche donde se conocieron quedaban tan lejos.

Haciendo caso omiso a su voz interior, levantó una mano inocente hacia él, que parecía aún dormir. Acarició su mejilla lentamente, estaba áspera por la barba oscura que le iba creciendo, al igual que la perilla del mentón. Tenía una nariz ancha, unas cejas gruesas y pestañas largas.

Es… bastante guapo, había dicho su hermana Nojiko al referirse a él. Y ciega no estaba. Maldita sea, qué razón tenía.

Y luego bajó la mirada a sus labios, finos y alargados, ahora entreabiertos para respirar. Hizo ademán de acercar las yemas de sus dedos pero se detuvo. Contuvo la respiración cuando sintió la mano de Law removerse por su espalda.

La curiosidad mató al gato. Otra vez.

Levantó los ojos, chocando contra los grises de aquel hombre, que la miraba serio y en silencio, meditando. Había sido pillada completamente infraganti. Su corazón comenzó a latir desbocado, como si hubiera realizado la peor de las travesuras.

Separó los labios para intentar decir algo que la pudiera excusar, pero todo pasó rápidamente. Law sostuvo su cadera hasta colocarse encima suya, con la cabeza acomodada entre el hueco de su cuello y la almohada. Nami detuvo la respiración y cerró los ojos. Definitivamente parecía una de sus fantasías.

El cirujano jugueteó con su pelo, apartándolo de detrás de la oreja y descubriendo el cuello. Esa respiración contra la piel había activado todas las neuronas que Nami aún sentía dormidas. Notó un par de caricias suaves, que bajaron lentamente de su cuello hasta su abdomen, luego cadera y muslos. Por inercia, abrió las piernas y el moreno se había acomodado entre ellas hábilmente.

¿Qué estoy haciendo?

Esa mano traviesa seguía acariciando sus piernas cuando notó algo húmedo y cálido en la piel, un beso. Luego otro y otro, dejando un camino por todo su cuello hasta casi la oreja.
El problema no era sólo el latido de su corazón, que sentía tan agitado que parecía salirse del pecho. Es que además tenía toda la cara completamente roja por el momento de vergüenza.

–Law, ¿qué..? –intentó decir cuando notó esos labios cerca de su oreja.

Era el momento de detenerlo. Después de eso no había vuelta atrás. Sentía un remolino de emociones que si no controlaba, acabaría suplicándole que metiera las manos en sus bragas y…

Insomnia (AU LawNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora