Capítulo 23

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Aclaraciones: la portada no me pertenece, es de la artista @fery_dds.

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Nami bajó del autobús después de llegar a su destino, un pequeño pueblo apartado del que ni se acordaba el nombre, a una hora de Swallow. Ya se preocuparía más tarde por seguir su camino, de momento quería descansar en una habitación y serenarse un poco.

Por suerte en el autocar no había mucha gente, había podido llorar en silencio a gusto a medida que transcurría el trayecto. Las palabras de Law se repetían una y otra vez en su cabeza, cada vez más dolorosa que la anterior.

Aún hacía frío pero la nieve iba desapareciendo, igualmente se abrochó el abrigo hasta arriba y buscó un lugar donde alojarse al menos hasta encontrar otro medio de transporte. No tardó en conseguir una habitación mintiendo hábilmente al dueño del hostal. Aunque sus ojos llorosos y mala cara ayudaron bastante a que la historia fuera creíble.

Cerró todo con el pestillo. Arrojó aquella mochila negra en la cama para revisar que tenía todas sus cosas. Suspiró y se sentó al borde del colchón. Otra vez volvía a aquella vida de nómada, viajando de un sitio a otro. Echaba de menos estar delante de la chimenea y acariciar a Bepo, que menearía la cola alegremente por los mimos.

Tal vez estaba destinada a rodearse de desgracias. Echaba de menos a Nojiko pero en el fondo de su corazón sabía que estaba bien. Y sin embargo, aunque le doliera reconocerlo, también lo echaba de menos a él. Aún buscaba por inercia sus ojos grises.

Dejó caer la espalda sobre el colchón y se quedó un rato largo mirando al techo. Sentía un pequeño nudo en el estómago cuando meditaba sus últimas palabras. ¿Realmente Law pensaba esas cosas tan horribles de ella? ¿Pensaba que estaba con él solo por interés?

Nami se sentía profundamente traicionada. Ella había abierto su corazón a él, más de lo que hubiera querido. Confió en el cirujano como no había hecho con ningún hombre y ahora estaba dolida. Se apretó el pecho, tenía mucha ansiedad acumulada.

No era ciega, ella sabía perfectamente cómo Law la miraba, al principio con deseo y se lo había demostrado abiertamente a través de alguna indirecta. Posteriormente, a medida que el tiempo pasaba, él también confesó partes enterradas de su vida, creándose una pequeña amistad que iba tomando forma poco a poco.

Pero cuando pensaba en él, cuando cerraba los ojos, sentía un ardor por dentro. Porque estaba tan cómoda a su lado, tan tranquila, tan completa. Y ahora había tenido su golpe con la realidad, no le correspondía, la quería lejos. Nami solo era una molestia al parecer.

Ella desconocía la realidad tras esas palabras del moreno. Aún así, no pudo evitar apretar los ojos y llorar en silencio. Se mordió el labio, sabía lo que significaba esa añoranza y ese dolor. Los sentimientos por Law habían acabado de florecer en su interior.

Echaba de menos esas mañanas despertando tentadoramente tan cerca, esas indirectas, sus miradas, risas, susurros, los tímidos contactos físicos que habían compartido... Y ese día donde casi la besa. Querría volver atrás en el tiempo, si pudiera, y darse cuenta de cuándo necesitaba su ayuda. Aunque desconocía si las cosas hubieran cambiado.

Tal vez él realmente no dejó de verla nunca con esa cara de lástima de la que tanto se quejaba, que solo la había estado ayudando por pena, por el sentido del deber y por su padre, que una vez estuvo con su madre.

Realmente Nami desconocía lo que se pasaba por aquella mente que ella categorizaba como perversa. Lejos de la idea preconcebida que tenía del cirujano, bajo toda esa fachada de psicópata que odiaba el contacto humano más de lo necesario, se escondía un niño asustado. Miedo al compromiso, miedo a abrirse más de lo necesario. Miedo a los sentimientos y aceptar el cariño de los demás.

Insomnia (AU LawNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora