Capítulo 15

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Aclaraciones: la portada no me pertenece, es de la artista @fery_dds.

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Diamante. Uno de los tres comandantes de la familia Donquixote. Si había mandado a aquel tipo tras ellos, Law podía confirmar que Doflamingo estaba muy cabreado con él. También tendría algo que ver con el asunto el haberle mandado un mensaje adjuntando la foto de aquel tatuaje sangriento.

Aunque no parecía tan cabreado, no lo suficiente como para ir en persona. Las cosas se iban poniendo feas por momentos. Sentía el latido de su corazón martillear contra el pecho, lleno de adrenalina.

–Es de mala educación no saludar –se burló aquel hombre al otro lado.

Trafalgar aferró con fuerza la pistola de 9mm que había sacado de su ropa. Un paso en falso y ambos podrían acabar hasta arriba de plomo. No podía disparar a ciegas, ese hombre era un asesino entrenado –igual que él– pero con muchísimos más años de experiencia.

Observó a Nami por el rabillo del ojo, sus hombros temblaban pero no parecía estar en shock. Lo principal era salir de allí con vida, el método ya es opcional. Le indicó con un gesto que guardara silencio y se quedase en el mismo sitio. Asintió en respuesta.

Con cuidado, avanzó esquivando las astillas del suelo que habían caído momentos antes, el aire aún estaba lleno de aquel polvo marrón. Se escuchaban unos pasos nerviosos al otro lado de la puerta.

–¡Vamos, chaval! –vociferó impaciente– Sabes que Doffy te acabará pillando, no alargues lo inevitable...

Segundos de tensión después, Law había alcanzado la puerta y se había resguardado detrás del muro, por si acaso se le ocurría volver a disparar, no quería estar en medio de la trayectoria del proyectil.

Nami lo miró temerosa, él aferraba con fuerza el arma, cauteloso a la par que sigiloso, se había asomado un poco a la mirilla para comprobar donde estaba el otro asesino. Diamante sólo paseaba nervioso por el hall, le aburría enormemente tener que esperar a que saliera, intentaba provocarlo. Law tenía las de perder si se quedaban allí, pues en cuestión de minutos estarían rodeados de policías.

–Esto me duele más a mi que a ti, créeme –dijo, iracundo.

El cirujano esperó, calmó la respiración que intentaba ir al ritmo de su corazón y guardó el mejor momento con más paciencia. Diamante fue el más impaciente de los dos, pues se acercó al timbre de la casa y comenzó a llamar frenéticamente. Nami se sobresaltó por el molesto ruido, Law simplemente se extrañó de oirlo, pues al vivir solo y que no frecuentaba la compañía de otros, nunca había escuchado aquello. Cerró un momento los ojos y meditó.

–Maldita sea, ¿hay alguien en casa? –comenzó a decir el otro hombre, dando golpes a la puerta con la mano con la que sujetaba su arma.

Tal vez ese fue su error, confiaba demasiado en que Law era un novato ante sus ojos. Pero realmente él se había pasado los últimos años recabando toda la información que pudo de la familia Donquixote, sus puntos fuertes, sus desventajas... hasta que llegase el día donde podría vengarse por todo lo mal que se lo habían hecho pasar.

Law aferró el pomo de la puerta y lo hizo girar al instante en que disparaba por uno de los agujeros que había abierto Diamante, asegurándose de que atravesaba la madera sin problema. Por fin se veían cara a cara.

–¡Mierda! –gritó el tipo al sentir la bala incrustada en su cuerpo.

El cirujano se abalanzó contra aquel tipo y lo arrojó contra el suelo, inmovilizándolo al instante con una llave, apartando la escopeta de una patada para que no pudiera defenderse. Nami solo podía observar, congelada del miedo.

Insomnia (AU LawNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora