Capítulo 19

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Aclaraciones: la portada no me pertenece, es de la artista @fery_dds.

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Los cálculos de Law no habían podido ser más exactos. Desde que iniciaron aquel viaje había pasado ya una semana. Presumiblemente estaban a un par de días de su objetivo, el misterioso pueblo de nombre Swallow.

El hombre no había hablado más sobre aquel sitio, simplemente dijo que allí tenía "conocidos" que los podrían ayudar y esconder hasta que todo se calmase. Nami no tuvo más remedio que aceptar, pues a estas alturas estaría muerta si no fuera por él.

Habían cambiado de coche dos veces más para no levantar sospechas. Paraban en hoteles de carretera poco frecuentados, de esos que te encuentras algún que otro insecto en el baño. Y eso es algo parecido a lo que ocurrió ese mismo día pero el sitio era algo más agradable.

El paisaje comenzaba a cambiar, las temperaturas bajaron mucho debido a la presencia de la nieve por toda la montaña. Nami, que estaba acostumbrada a la calidez de la ciudad, llevaba muy mal esto. Se había resfriado el día anterior e iba hasta arriba de ropa. Law, por el contrario, amaba el frío.

–¡¡Achús!! –estornudó la chica por tercera vez en media hora.

Se sonó los mocos con un pañuelo y se subió más aún la manta que usaba para taparse. Estaba tumbada en la cama de matrimonio de la habitación, viendo la tele de plasma colgada de la pared.

Habían llegado a ese hotel unas horas antes, era un pequeño pueblo de montaña donde no parecía haber presencia policial, podían estar relativamente tranquilos. La gente era amable con los recién llegados.

Cuando fueron a pedir habitación, Nami se quedó con la mandíbula caída cuando Law se inventó una pequeña mentira de que eran unos recién casados buscando un lugar donde pasar la luna de miel. Y eso conmovió tanto al viejo que llevaba el establecimiento, que no dudó en alquilarles una para parejas.

Su relación, tan lejos de lo que fingían, había mejorado parcialmente. Al principio el cirujano solía pedir silencio pero Nami era demasiado terca, hablaba por los codos. Así que poco a poco se fue soltando y contaba alguna anécdota para responder a la mujer. El viaje por carretera era muy largo y hasta él se aburría de conducir todo el día en completo silencio.

Sus conversaciones favoritas siempre eran las que usaba el doble sentido y acababa arrancando algún sonrojo o insulto a Nami, cuando ella lo ignoraba de nuevo y dejaba tranquilo algunas horas. Con el tiempo parecía haberle perdido el miedo, si es que alguna vez lo tuvo.

En sus primeros encuentros, ella era tan distante, tan tímida. Nunca le miraba a los ojos, se sentía como un animal acorralado por su depredador. Ahora, como si fueran amigos de toda la vida, competía contra ella misma para superarse en la cantidad de vulgaridades que le dedicaba. Y él solo respondía con una pequeña sonrisa que además empeoraba las cosas.

Law cruzó el umbral de la puerta y cerró con un pestillo. Se bajó un poco la bufanda, tenía la nariz algo roja pero ni en comparación con la mujer que estaba en la cama, observando fijamente su llegada.

–Dime que me has traído algo, por favor –suplicó, aguantando la tos.

–Un termómetro –respondió mientras se quitaba el abrigo, los guantes, la bufanda y el gorro, colgando todo en un perchero.

Qué bien se sentía vistiendo por fin con ropa tan gorda. Qué genial era la nieve y el frío.

–¿Y medicina? –bufó ella en respuesta– Así nunca me voy a curar.

Law suspiró, sacando el aparato de la bolsa de plástico y sentándose al borde de la cama, cerca de la mujer. Lo encendió y se lo cedió.

–Ya te dije que tienes un virus, los medicamentos son solo para la fiebre y síntomas. Te curarás con reposo y comiendo bien... –repitió por segunda vez aquella misma mañana.

Insomnia (AU LawNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora