Capítulo 11

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Aclaraciones: la portada no me pertenece, es de la artista @fery_dds.

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El día había amanecido nublado, un buen reflejo del humor de Law nada más abrir los ojos. Se dió una larga ducha para calmar la ansiedad, se había pasado media noche con viejas pesadillas que surgieron a través de la conversación con Monet.

Golpeó la pared del baño cuando meditaba sobre ello. Odiaba todo lo relacionado con su trabajo. Su vida carecía de sentido desde aquel incidente, donde perdió a la última persona que le había querido.

Desde entonces, sintió un vacío existencial que solo aumentaba a medida que pasaban los años. Intentó seguir los pasos de sus padres ya fallecidos, creyendo que estudiar medicina –algo que le apasionaba profundamente– sería como honrar su memoria.

Pero ahí estaba de nuevo, tirado en la cocina y preparando otra raya de droga antes de salir de casa. Aquella sustancia era lo único que le ayudaba a sobrellevar ese agujero en el pecho que no paraba de crecer. Se olvidaba por unas horas de las molestas voces de su conciencia. Pero solo era un parche temporal.

Como médico, sabía de sobra los efectos a largo plazo de consumir cocaína, lo había visto en muchos tipos a los que tuvo que extorsionar. Pero no podía evitarlo, no tenía fuerza de voluntad para acabar con esa necesidad. De nuevo, volvía a decepcionar a todas las personas que una vez le importaron.

Ahí, en la soledad de su casa, ahora que nadie podía verlo, se podía derrumbar sin temor. Llorar hasta acabar deshidratado o desquitarse golpeando cualquier pared, aunque sus nudillos acabaran algo heridos.

Pero hoy no era el día para las lamentaciones. Tenía algo entre manos, acudir a la comisaría donde Monet trabajaba y buscar a aquella chica. Todo aquello lo mosqueaba profundamente. Los únicos antecedentes que tenía Nami en el historial delictivo eran de robo e invasión de la propiedad privada, siendo aún menor de edad no podían retenerla en la comisaría por algo tan simple.

Además, teniendo en cuenta el dinero que había conseguido o mejor dicho, robado a Law, no tendría que volver a delinquir en muchísimo tiempo. Todo era muy extraño... Tomó las llaves de la motocicleta y condujo de camino a la comisaría.

No había pisado aquel edificio en mucho tiempo, viejos recuerdos de años anteriores siendo llevado por algún policía después de meterse en alguna pelea le vinieron a la cabeza.

La comisaría estaba parcialmente vacía, al menos la zona de visitas. Tras el largo pasillo de la entrada, había una sala cuadrada con bancos a los lados para esperar y luego un policía detrás de un pequeño mostrador, dos agentes más en un pasillo que daba a puerta metálica donde probablemente se encontrarían los detenidos, y cámaras por todos lados.

Law se acomodó su particular gorro moteado y lo bajó un poco para evitar miradas indiscretas. Preguntó al tipo de recepción dónde estaban los calabozos. El hombre le dedicó una larga mirada.

–¿Es algún familiar? –preguntó con desgana.

–No –respondió Law con calma.

–No se permiten visitas si no es familiar cercano –murmuró, señalando un cartel colgado en la pared haciendo referencia a esa norma.

–Mire, solo necesito cinco minutos para hablar con una persona –bufó Law, su mirada se había vuelto intensa y oscura debajo de la visera del sombrero.

Estaba calculando las probabilidades de salir vivo de allí si se metía en problemas. Cada agente tenía un arma en el cinturón del pantalón, una pistola de 9mm reglamentaria. Se veía capaz de matar a aquel tipo antes de que diera la alarma y...

Insomnia (AU LawNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora