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No sé cuánto tiempo ha pasado, pero cuando finalmente vamos aflojando nuestro agarre Laura se separa un poco de mí y con sus manos sobre mis hombros me mira de arriba abajo.

—Por Dios Dani, mírate —dice con emoción secando sus lágrimas antes de fijar sus ojos en los míos y me jala de nuevo para un nuevo abrazo un poco más delicado que el anterior —Ven —jala de mí al separarnos y ambas nos sentamos a la mesa, ella toma mis manos entre las suyas —Dani, ¿cómo estás? ¿Qué pasó? ¿Cuándo volviste?

—Lau... tranquila —digo sonriendo mientras limpio mi rostro —demasiadas preguntas.

—Lo siento, —Laura sonríe mientras niega con su cabeza —es la emoción, no sabes lo preocupada que he estado por ti.

—Perdón Lau, —le digo bajando un poco el tono de mi voz —siento no haber llamado antes.

—Tranquila, pero dime, ¿cómo estás?

—Bien —le digo mirando a mi amiga —han sido semanas muy duras, pero estoy bien Lau.

—Hay Dani, —Laura me dirige una mirada condescendiente mientras sonríe ligeramente —pero dime ¿qué pasó? ¿Cuándo volviste?

—¿Volver? ¿De dónde? —pregunto extrañada mientras frunzo el ceño porque no entiendo de qué habla.

—De la hacienda. —responde confundida —Tu papá me dijo que estabas en la hacienda con tu abuela.

—¿Hablaste con mi papá? —le pregunto con una mezcla de asombro y confusión.

—Sí... —confirma ella —si a lo que pasó ese día se le puede decir hablar.

—¿A qué te refieres?

Laura suelta un suspiro y por unos segundos dirige su mirada hacia el ventanal antes de volver a mirarme.

—El día que Luis y yo regresamos te marqué para avisarte, quería contarte cómo nos había ido pero nunca pude, tu teléfono simplemente no respondía, —dice y de inmediato recuerdo el motivo —así que marqué a tu casa, pero tu mamá me dijo que no podías contestar y sin más explicación me colgó. Se me hizo extraño, pero en ese momento no podía hacer nada. La siguiente vez que lo intenté dijo que habías salido y no sabía en qué momento ibas a regresar, estaba empezando a desesperarme e iba a ir a tu casa, pero Luis pensaba que no era buena idea —asentí porque sin duda él tenía razón —así que decidí que lo mejor sería esperara a verte en la universidad la siguiente semana que las clases empezaban, pero cuando no llegaste el primer día supe que algo no andaba bien y al día siguiente que también faltaste simplemente no pude aguantarme más, así que fui a tu casa...

Laura toma una profunda respiración mientras centra su atención en nuestras manos sobre la mesa.

—¿Qué pasó Lau? —le pregunto tratando de alentarla a que siga hablando, me doy cuenta por su mirada que la situación no le fue nada fácil.

—Cuando toqué a la puerta tu madre fua quien me abrió, pregunté por ti, pero antes de que ella pudiera decir algo tu padre apareció... Daniela te juro que es la primera vez que tu padre verdaderamente me dio miedo —puedo notar cómo su cuerpo se tensa —jamás lo había visto tan serio y su mirada estaba cargada de algo mucho más fuerte que el simple enojo... —Laura niega con su cabeza —Me preguntó qué estaba haciendo ahí y cuando le respondí que quería verte él dijo que te habías ido a la hacienda y que volverías hasta que él lo decidiera, fue cuando entendí que ellos lo sabían. Busqué la mirada de tu madre para que asegurarme de que tú estabas bien, pero ella simplemente me ignoraba —mi amiga me mira con algo de pena —le pregunté que, si podía ir verte, pero tu padre de inmediato se negó, incluso me amenazó.

Una vida perfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora