Explosión

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Respiraba con dificultad.
No había sido nada sencillo escabullirse por las habitaciones en su condición.

No tenía la menor idea de por qué aquel dios los había secuestrado.
Despertó con un aparato extraño conectado a su cuerpo. Pudo ver sus propios colores en en interior de los cables que lo unían al artefacto.
Rápidamente se desconectó con un dolor intenso en centímetro de su cuerpo.

Lo único que sabía es que debía salir de ahí y encontrar al semidios.

Mientras avanzaba, confiaba en que estaría a salvo.

Después de recorrer los pasillos, su cuerpo se debilitaba aún más. Finalmente, la amenaza de un desmayo  lo hizo tambalearse delante de una de aquellas puertas.

Vimos si fuera el destino, la puerta se abrió de pronto y reconoció al dios detrás de ella.

-¿Qué haces aquí, humano? - gritó inconsciente Ares al ver al asesino casi sin fuerzas - ¡ven aquí! - tomó de los hombros al mortal par meterlo bruscamente en el interior de la habitación.

Un vez allí, Jack tomo algo de aire. Sentía que estaba sofocándose y su esfuerzo físico no ayuda mucho. Levantó la vista y pudo ver al semidios recostado en una cama muy similar a él.

-Tranquilo, solo está dormido. No le han hecho nada- dijo Ares mirando con atención los movimientos del mortal - tu deberías estar muerto en este momento¿Cómo escapaste?

Jack no le respondió. Solo se acercó a Hércules.  El dios tenía razón, estaba en perfecta condiciones. No había señales de ningún artefacto extraño.

-¿Cuál es su propósito? - preguntó el londinense volteando su rostro hacia el inmortal. Debía descubrir lo que sucedía y escapar - ¿Que es lo que quieren de nosotros, sir? - dijo con desconfianza.

-Al menos para una parte quieren vengarse - dijo fríamente el dios de la guerra. Odiaba a ese humano por sobretodos los demás pero le constaba que para su amigo, el humano era importante.

Para Jack un motivo así le pareció de lo más absurdo incluso para un dios.

En ese instante la puerta se abrió de golpe revelando la silueta de otro dios. 

-¡Ares sácalos de aquí ahora! - ordenó Seth mirando a los presentes.

-¿De qué hablas, Seth? Sabes que los necesitan. El ritual está por comenzar ¿qué te sucede? - replico preocupado el griego.

El recién llegado se acercó con una velocidad incomparable y tomó del cuello al dios. Ejercía la suficiente fuerza para llamar su atención más no como para lastimarlo.

-Ares llévatelos si quieres que Hércules viva - gritó impaciente el dios egipcio.

Seth había recorrido todo el lugar para liberar a los humanos. Sin embargo, las dos habitaciones anteriores no tuvo éxito porque ya no había nadie. Seguramente los dioses habían llevado a cabo el sacrificio y era cuestión de tiempo antes que terminarán con los humanos restantes.

- Yo no continuaré con esto. Si quieres que Hércules viva, sácalo de aquí con el humano. No pierdas el tiempo, idiota! - exclamó para luego regresar sobre sus pasos y salir de la habitación.

-¡Seth! - gritó Ares - esto es un alivio. Yo tampoco quiero hacer esto - comentó mientras se acercaba al humano y al semidios - los sacaré de aquí pero debes confiar en mí - expresó  extendiendo la mano.

Jack miró al inmortal y pudo ver qué no mentía. Tomó aquella mano y Ares lanzó un hechizo para luego tomar la mano de Hércules.

-Debes sujetarte, humano. Esto nos llevará con los demás - dijo para luego desaparecer a través de aquel portal.

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Mientras tanto, el dios egipcio había llegado hasta la sala principal.

No había nadie.

Era el momento preciso para utilizar su arena sobre todo el lugar. Y así lo hizo.
Lentamente su poder se extendió pel suelo hasta llegar a las paredes de la cabaña.

Una vez listo, regresó hacia los pasillos. Con su poder era cuestión de tiempo para que el lugar explotara. Debía sacar a los humanos antes de eso o que los demás dioses lo descubrieran.

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En una de los cuartos, Loki miraba entretenido el sufrimiento de su rival.

Al menos, lo que podía verse desde el exterior. Seguramente, la pesadilla que estaba experimentando era aún peor de lo que pudiera imaginarse.

-Debería acabar con tu tortura, enano - dijo acercando sus manos a su pecho concentrando su propia fuerza.
Luego las colocó sobre el cuerpo del samurái.

-No lo hagas, Loki - dijo la voz detrás de él.

-¿Ahora qué sucede, Seth? No sabía que habías llegado...- comentó  con una profunda ironía - Te tomaste tu tiempo debo decir - Miró hacia el dios entrecerrando sus ojos - Quizás ¿te arrepentiste, verdad?

-Loki... - llamó con impaciencia. Nunca había tenido fama de ser paciente menos ahora que sentía toda la adrenalina y la necesidad de acabar con todo.

- Vamos, no te lo tomes así. Después de todo era demasiado obvio lo que estaba sucediendo y no podrías engañarme aunque quisieras - se acercó al rostro del egipcio para provocarlo - Aunque es extraño que un humano como él haya podido captar tu atención. Alguien sumamente "inteligente"- susurró con una sonrisa y tono amenazante - En fin - regresó  a su lugar junto al Einherjar - ya sé lo que planeas pero es tarde para este humano.

Sin siquiera respirar, Seth lanzó su arena hacia el dios nórdico. Fue esquivado con rapidez pero parte del ataque llegó hasta el artefacto divino. Loki vió con ira como el aparato empezó a fallar y la esencia de Okita Soji regresaba a su cuerpo.

-Seth, eres mi amigo. Unos de los pocos que valoro y te atreves a traicionarme como ese maldito bastardo de Buddha - gritó el nórdico - Meterte en mí planes.... no puedo dejarte ir - exclamó  mientras lanzaba su cadenas hacia el dios.

Seth no quería pelear. La prioridad era sacar a los humanos antes de que todo el lugar explotara. El egipcio transformó su cuerpo en arena para poder  inutilizar aquella ofensiva.

Rápidamente se acercó al mortal para cargarlo entre sus brazos.

-La humanidad perdurará, Loki. No vas a detenerme

-Seth, aún no lo entiendes. Dioses y humanos no podemos coexistir. Son demasiado inferiores a nosotros.

-Sí eso fuera cierto, no estarías tan interesado en este humano - dijo viendo cómo  Loki apretaba su mandíbula con fuerza - Tú también te sientes atraído. La diferencia entre tú y yo, es que valoro su vida por encima de mis deseos.

En ese instante, un ruido ensordecedor llegó hasta ellos. Eso solo significaba una cosa.

No fue necesario esperar demasiado.
La onda expansiva junto con las llamas los había alcanzado en pocos segundos.

Una noche (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora