Liberado

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Unos momentos antes de la explosión, un dios de mirada carmesí caminaba con rapidez por los pasillos de aquella residencia.
No podía detenerse, tenía poco tiempo y ya estaba decidido. También debía tener cuidado de no ser detectado por los demás.

Llegó hasta una de las habitaciones del lugar y abrió la puerta con cuidado.
Era una habitación simple, sin ventanas y en el centro de la misma, había una cama donde estaba el humano que había atormentado sus pensamientos desde que lo conoció: Nikola Tesla.

Su cuerpo estaba conectado a un aparato divino fabricado por Ra, Loki y Tsukuyomi. Sus poderes eran afines a la creación y podían fabricar al menos una réplica exacta de lo que necesitaban.

El artefacto, por medio de sus conductores podía extraer la esencia vital de un cuerpo. Después de hacerlo, solo quedaba levar a cabo el ritual y el sacrificio para eliminar el vínculo del humano con su energía y transferirla a un dios.

Era un proceso complejo pero eficiente para adquirir más poder.

Nikola Tesla tenía cables conductores que conectaban su cuerpo con el artefacto. Se mantuvo inconsciente durante toda su estadía en aquella habitación.

Seth era el encargado de vigilarlo.

El dios se acercó hasta él.

Vió con cierta alegría la tranquilidad en el rostro del humano. Otros Einherjar que habían sido secuestrados habían experimentado un tortuosa vigilancia por sus captores. Lo supo por ellos mismos.
Cada uno tenía sus propios rencores no resueltos o intereses. Seth, en cambio, solo quería vengarse de la humanidad.

Ellos habían destruido su templo solo por defender a Horus como el legítimo gobernador de Egipto. Nunca pensaron en el dios que fue engañado por su propia esposa y su hermano.

El dios deseaba acabar con todo de una vez. Solo para calmar su propio odio.

Acercó su mano al rostro del mortal dormido con algo de cautela.

-No debiste curarme aquella vez, humano loco - susurró acariciando suavemente - es mi turno de hacer algo por ti - dijo Seth.

Con su manos empezó a materializar su arena para destruir el artefacto desde adentro. Cada particula se introducía en cada engranaje hasta llegar a la fuente principal. La esencia divina que estaba siendo extraída empezó a dispersarse para regresar a su dueño original.

Seth veía cómo Nikola empezaba a recobrar la consciencia y a intentar abrir sus ojos.

-¿Dónde estoy? - dijo apenas audible el científico mientras colocaba una de sus manos en cabeza. Sentía un dolor profundo y todo su cuerpo ardía. Era como si hubiera recibido una descarga eléctrica. Levantó la vista sin poder reconocer el lugar frente a él.

-Eres libre, Nikola Tesla - dijo una voz familiar para el humano.

Nikola dirigió su mirada hacia aquella persona. Inmediatamente reconoció al dios que estuvo en su laboratorio.

Recordó la explosión, al dios interponiéndose y siendo herido. También como sus propias manos estaban curando la herida en su cuerpo y cómo el dios terminó utilizando sus poderes de arena.

Luego todo se ha había oscurecido.

-Tú eres el dios que estuvo conmigo. ¿Por qué estoy aquí? ¿Tú me trajiste aquí? - preguntó con dificultad, le costaba mucho poder expresarse pero no había rastro de molestia.

Seth vió la debilidad en el humano. Debía sacarlo de allí antes que llegarán los demás y descubrieran lo que había hecho. Sería difícil en su condición actual pero el ritual empezaría en poco tiempo.

El dios se acercó al humano y lo cargó entre sus brazos.

-Espera.. qué...- trató de hablar el científico.

-Debes irte, no tenemos tiempo. Te sacaré de aquí- dijo mientras corría a toda velocidad el dios.

-Espera... Dios ¿Qué está sucediendo?- necesitaba al menos una respuesta

-Te lo explicaré cuando estemos lejos de aquí - dijo un poco hastiado. Había olvidado lo terco que era ese científico - pero ahora debo sacarte de aquí.

-¿por qué? - un pensamiento le vino a la mente al humano - ¿Acaso hay un dios detrás de esto? ¿Mis hermanos están bien?

Seth no quería mentirle. Debía ser sincero, aunque él estuviera implicado, Tesla y los humanos debían conocer el plan.

-Una parte de los Einherjars está peligro- Tesla apretó su agarre inconcientemente - En cuanto lleguemos a la mansión del Edén, debes avisar a los demás y decirles que deben ir a la cabaña en el límite oeste del Valhalla.

Nikola miró al dios. Estaba preocupado por él, notaba cómo estaba esforzándose por ayudarlos y si algún dios estaba detrás de esto podrían atacarlo también.

Seth llegó hasta la salida. Lanzó un hechizo que le permitió abrir un portal hacia la ciudad de los humanos. Una vez listo, lo atravesó con el humano en sus brazos.

Ya en el otro lado, bajó al humano frente a las puertas de la mansión.

Tesla pese a tener pocas fuerzas, podía mantenerse de pie.

-Diles lo que te dije, no deben perder el tiempo si quieren salvarlos.

-¿Y tú qué harás? - dijo preocupado el mortal mirando aquellos ojos carmesíes como la misma sangre. Cada vez que lo veía, se sentía hipnotizado por sus matices que transmitían la pureza de su dueño.
Para Nikola, el dios era como un niño con ansias por descubrir el mundo frente a él.

-Regresaré con ellos. Yo... - no sabía qué sucedería pero debía hacerlo - yo soy parte del plan.

Nikola vió al dios y de alguna manera, no le molestaba su confesión. Tomó las manos del inmortal sin ningún tipo de enojo.

-¿No te harán daño? Después de todo me has liberado - dijo el científico

Seth sintió una calidez en su pecho. Vió esos ojos azules, ese Nilo perfecto ante él.

-Estaré bien, no perdamos el tiempo - el dios lanzó otro hechizo para abrir el portal - pide ayuda a las Valkirias y a los dioses. No podrán vencerlos solos.

El inmortal empezaba a marcharse pero el científico lo detuvo sosteniendo su brazo.

-Gracias por todo, dios.... Dime... tu nombre por favor - susurró Nikola

Otra vez el dios sintió su corazón estremecerse. Ese humano lo había enloquecido, definitivamente.

-Me llamo Seth, dios del desierto y la guerra egipcio - dijo mientras desaparecía detrás del portal.

Una noche (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora