Aquella Noche

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Era una mañana cálida donde el viento acompañaba el movimiento tenue de las olas junto a la orilla.

Un templo yacía a su lado.

Dioses y humanos estaban reunidos para un último homenaje.

Frente a su séquito, la diosa japonesa lideraba la ceremonia.

La presencia de todos los panteones, especialmente el nordico, griego y egipcio, imponían el peso del respeto a los que estaban presentes en silencio.

Por otro lado, Einherjars y valkirias mantenían un distancia prudente.

El olor a incienso cubría por completo cada rincón del lugar.

Los únicos ausentes eran el dios lunar y el rey de Esparta aún recuperándose.

El cuerpo del dios del mar, de las tormentas y las batallas se encontraba en aquella habitación como si durmiera en dirección al norte.

Junto al altar, Amaterasu, luego de leer aquellos sutras, había compartido algunas anécdotas sobre su hermano. En su voz dejaba en evidencia la tristeza y la nostalgia.

Jack, el mayor asesino de la humanidad, era el único humano que permanecía cerca. De alguna manera, sentía cierta cercanía con aquella diosa. Casi era una sensación de familiaridad como sentía con Lady Anne.

Desde que aquella noche, había cambiado para él.

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Tres días más tarde, se inició la reconstrucción.

Las ruinas del templo japonés ya estaban desapareciendo. Gracias a la labor conjunta de Hércules, Belzeebub y algunos dioses inferiores sirvientes de Hades, los escombros habían sido removidos.

La diosa Amaterasu había sido relegada de la responsabilidad por insistencia de los einherjars. Llevaría tiempo pero su hogar podría salvarse.

-Me temo que ya es hora, Lady Amaterasu- comunicó el inglés a sus espaldas - ¿me permitiría escoltarla nuevamente?

- Me encantaría, Jack -san - expresó la diosa.

Poco tiempo después, habían llegado a la Mansión del Edén. Ya era su cuarta visita del día. Tsukuyomi evolucionaba favorablemente le habían comunicado las valkirias.

-Gracias por cuidar de mi hermano - expresó haciendo una reverencia.

-Es un placer, Diosa Amaterasu - respondió Brunildha acompañada de la menor de sus hermanas - aunque supongo que aún tiene asuntos importantes por resolver.

-Asi es. La situación actual no durará mucho y no puedo posponerlo- la diosa sentenció con gravedad. La Valkiria la miró con atención - Yo le informaré a los líderes en el Olimpo. Por favor, Brunildha - san, informa a los einherjars - agregó.

La Valkiria correspondió el saludo y salió en dirección a la sala principal. Vió como Jack el Destripador seguía esperando en el pasillo.

-Señor Jack, ¿no debería entrar al menos una vez?

-No es necesario, my lady. Mí presencia no tiene importancia.

Brunildha no entendía del todo lo que pasaba por la mente del humano. Suponía que tenía algo pendiente y se relaciona con el panteón japonés. Solo el dios lunar podía resolverlo.

-Debo hablar con todos los luchadores.  Se trata de información importante, por favor ven a la sala principal. Ya han sido convocados - pidió antes de dejarlo.

Jack no apartó la vista de la guerrera.

-"Tiene un color muy particular, el día de hoy" - pensó. Usualmente tal matiz se trataba de una emoción feliz. No era común verlo en aquella mujer.

Una noche (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora