Capítulo 22

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Entonces seguro que sabe lo que pasó.

Para cuando quise darme cuenta Yasu me miraba de una forma muy extraña, como si pudiera ver a través de mí ¿a ésta qué le pasa?

Cambió el gesto y volvió a mirar a FatGum. Qué tía más rara. Frunció el ceño y empecé a recordar vagamente que Leah mencionó algo de una posible ¿telepatía? fue la noche que salimos de fiesta pero algo de eso me sonaba. Tiene la bragueta desabrochada. Llevó la mano a la cremallera del pantalón y abrí los ojos sorprendido por la facilidad de la pillada.

¡LO SABÍA!

Me miró de reojo pero me ignoró para evitar el contacto.

NARRA LEAH

Estos dos parecen tramar algo.

-Leah- me llamaron y regresé al presente.

-Sí dime Toyomitsu, te escucho- se me hacía tan raro volver a llamarlo por su nombre que fue incómodo.

-¿Podemos hablar?- miró a los extras esperando que se fueran -a solas.

-No te preocupes por ellos porque la verdad es que no me apetece, estoy cansada así que será mejor que vaya a refrescarme y me vaya yendo a casa.

Sentí las miradas de todos mientras me escabullía avergonzada.

-Leah espera.

Me agarró del brazo y me solté bruscamente.

-Lo siento- me coloqué bien la camiseta porque con el movimiento se me había descolocado-tengo que irme en serio.

-Nunca hablamos de lo ocurrido, permíteme unos minutos quiero hablar contigo, necesito esta conversación.

Los demás nos miraban por detrás de él y solo pude salir de allí. Huí cobardemente sin volver la vista.

No fue hasta el día siguiente que decidí levantarme de la cama por insistencia de los gatos, porque sí, me había traído a todos los gatos de la tienda para que me hicieran compañía. Mientras algunos de ellos se pasaban por mi cara y otros dormían sobre mí yo miraba el techo reflexionando sobre la insana vida que estaba llevando con mis felinos pacientes.

-No me arrepiento- nada más comentarlo en alto esnifé la peluda cola de un gato persa -ya es hora de levantarse.

Abrí la puerta que conectaba la casa con el local y empezaron a bajar, la dejé abierta y fui a encender la cafetera porque hoy iba a beberme muchas y muchas tazas de mi droga casera tras deliberar que no iba a ver a Yasu ni nadie que hubiera estado presente ayer. Me metí en la bañera y vi a uno de mis mininos mirándome.

-A lo mirones se les baña.

Intenté salpicarlo y corrió.

Intenté salpicarlo y corrió

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HÉROE HERIDO - AIZAWA SHŌTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora