Capítulo 6

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La operación fue tan fácil que la acabamos rápido, no tardamos más de cuarenta y cinco minutos en castrarlo.

-Ya está- avisé secándome las manos llegando a la sala de espera -no puede ser verdad- no podía creerlo.

-¿Cuándo ha traído el saco?- preguntó mi amigo llegando hasta mí.

-¿Cómo se ha podido dormir? Esa es la verdadera pregunta.

-Lo dejaste seco eh- me sonrió como si se estuviera divirtiendo.

-Castro gratis- le borré la sonrisa -por si lo habías olvidado.

Se dio la vuelta y se marchó dejándonos solos. Pero me daba tanta pena despertarlo que fui a cambiarme y busqué algún sitio donde vendieran café para tomarme uno y traerle otro.

-Un americano y un- leí fugazmente uno de los carteles -¿hacéis batidos de vainilla?- pregunté extrañada.

-Sí, son naturales.

-¿Y están bien?

-Se venden bien.

-No es lo que he preguntado.

Sonrió obvio -están muy buenos, no te arrepentirás.

-Pero ¿en serio de vainilla?- era algo muy raro.

-Puedes coger de otra cosa que leas y te apetezca- empezaba a incomodarse.

-No, no, está bien, un americano y un-

-Batido natural de vainilla- respondió el profesor colocándose a mi lado.

-Siempre por detrás.

-Todavía no.

Lo miré con perversión, él ni siquiera cambió su gesto.

-Solo tienes que pedirlo.

-Rara vez pregunto lo que ya tengo respondido.

-¿Eso crees?- alcé una ceja.

-Pones los ojos en blanco cada vez que te corres en mi p- se interrumpió así mismo para verificar que el chico no nos escuchaba -¿y todavía crees que puedes fingir que no la quieres dentro de otros agujeros?

Nos mantuvimos la mirada por unos segundos hasta que el empleado se aclaró la garganta incómodo.

-Un americano y un batido de vainilla- nos deslizó las bebidas mientras Aizawa sacaba la billetera.

-¿Entonces lo de tu terapia de una vez por semana lo aceptaste en serio?

El camarero cogió el billete mirando a la encimera, cambiando el gesto cuando escuchó eso. Era tan divertido que quería seguir un poco más en esta situación tan violenta en la que lo habíamos involucrado.

-¿También aceptarías terapia de grupo?- bebí mirando fijamente al chico, pude notar cómo le temblaron las piernas, sintiendo la penetrante mirada de Eraser cuando le guiñé el ojo.

HÉROE HERIDO - AIZAWA SHŌTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora