Capítulo 32

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El profesor se apretó el puente de la nariz con frustración y cerró los ojos.

-Me ha estado esperando en el pasillo porque sabía que iba a venir.

-Soy de los pocos agentes encubiertos que quedan de la plantilla que inauguró este edificio- confesó con el ceño fruncido -aquí no pasa nada sin que yo me entere.

En ese momento algunos recuerdos pasaban por la memoria de Eraser, entre ellos, muchas incógnitas que empezaban a encajar en este rompecabezas, como cuando Mic le dijo "resulta que el padre de Leah se hizo cargo de la muerte del hermano de Yasu" para decir más tarde "al detective Tsukauchi le suena mucho el nombre de su padre pero su historial no coincide".

-Sus padres eran lo más importante en su vida, y cuando estalló el bulo contra ella el mundo le dio la espalda. Una pequeña criatura que quería ayudar a la gente fue falsamente juzgada y durante la dura depresión que le llevó ese testimonio mi hermano falleció, quien era su mayor pilar- Aizawa se sentó en el banco para seguir escuchando cabizbajo, agotado por la situación -después de eso su madre la rechazó, no quiso escucharla, no la creía, le dio la espalda y se quedó sola y tuvo que abandonar su sueño para ayudar a los únicos seres que nunca la juzgaron- se colocó delante -entonces le ofrecí que se especializara en algunas ramas de la carrera para darle la oportunidad de seguir ayudando, poder cumplir su sueño aunque fuera a escondidas. Le pagué los estudios y se sometió al suero de la verdad para que pudieran admitirla. Le compré la casa, el local, le conseguí el puesto de trabajo y le otorgué su licencia para utilizar el quirk- lo miró con rabia -para que ahora venga otro hombre a seguir dañándola.

Y eso explicaba el tema del dinero.

-Señor Kawamura-

El mencionado levantó la mano para detenerlo, no había terminado de hablar, pero relajó el gesto y se sentó a su lado.

-Es lo único que tengo- confesó con una dulce voz -no tuve hijos y pagarle todo fue lo único que podía hacer.

-Un amable gesto.

-No sabe como me miró cuando le pedí que se sometiera a un juicio rápido para que la pudieran admitir- sus ojos brillaban llenos de lágrimas -yo siempre la creí, pero no era mi deber aceptarla. Tenía que pasar la prueba.

-Comprensible.

-Solo vieron inocencia ¿sabe?- la barbilla comenzó a temblarle y sacó un pañuelo de tela -mi niña nunca hizo nada. Y aún así, sigue ayudando a la gente que la juzgó, sin recibir reconocimiento ni gratitud.

-¿Después de ese examen no hicieron nada por limpiar su nombre?

-Ella no quería volver a ser noticia- se secó la cara -pero me encargué de que ese cabrón no saliera nunca de prisión.

-Le dio todo y aún así ha dicho que no se hablan ¿hay alguna razón?

-Soy un recuerdo doloroso- el profesor le miró -soy la mitad que queda de unos gemelos- Aizawa apoyó la cabeza en la pared -le duele verme porque nunca verá envejeciendo a su padre.

-A mí tampoco me habla.

-Se llama pistantrofobia no puede confiar en nadie. No volvió a hacerlo. El equipo psicológico no puede hacer más, no se deja ayudar.

El silencio reinó en el pasillo.

-Hoy iba maquillada- comentó el profesor -más que otras veces.

-Tenía la prueba de maquillaje para una boda- sonrió -estaba muy guapa- se volvió a pasar el pañuelo por los ojos -estará con Yasu, esa chica me gusta tú la conoces.

HÉROE HERIDO - AIZAWA SHŌTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora