Capítulo 2

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Eran las 20:28 y el profesor no venía, así que esperé un rato más porque como había quedado así hacía algo más de tiempo. A las 20:43 me di por vencida, no podía faltar a la quedada, así que escribí una nota para dejarla en la puerta cuando cerrara por si aparecía. Me despedí de los gatos y cerré, miraba el móvil mientras caminaba a la cafetería para esperarla.

-Ya estoy aq-

-Harás lo que te diga y si no te gusta te metes la cafetera por el coño- Yasu estaba acorralada detrás del mostrador.

-¿Qué pasa aquí?- pregunté en voz alta.

Los dos giraron a verme.

-Está cerrad-

-A ti no te he preguntado.

-¿Perdón?- frunció el ceño y le respondí con una mueca de asco -yo soy el dueño del local, y si no quieres que llame a la policía sal de mi propiedad.

Desbloqueé el móvil y llamé a emergencias.

-¿Qué haces?

-Llamar a la policía para que revisen las cámaras. A ver a quién de los dos llevan- desafié.

-Cuelga.

-Déjala irse y discúlpate- me atedieron por la línea -¿hola? sí, quisiera una patrulla.

-¡ESTÁ BIEN!

Se alejó de ella y aparté el móvil.

-Está tan asustada que no creo que se mueva- la miró y se rió de ella -es una miedosa, no iba a hacerle nada.

Como Yasu no se movía fui yo, con cuidado de que no me hiciera nada. Al meterme tras la barra levantó los brazos como si eso demostrara que no iba a interferir, y sin apartar la mirada de él le cogí la mano a mi amiga y la apretó con fuerza. Nos disponíamos a salir de ahí cuando me agarró del cuello y me empujó contra el mueble que tenía tras la espalda.

Y como si fuera un cliché, el esperado caballero apareció para romperle el brazo, lo que hizo que la otra gritara más. Lo inmovilizó en el suelo y pidió que llamásemos a la policía, y sin perder el tiempo Yasu corrió dentro de la cocina para coger el teléfono.

-Qué casualidad.

-¿Casualidad?- sacó la nota del bolsillo para leerla -literalmente has puesto "lo siento pero he quedado, no podía esperarte más tiempo, mi amiga sale de la cafetería a las 21:00".

-No específica la cafetería.

-He intuido que era la única cafetería de gatos de la zona. Animal por el que pareces tener mucha debilidad, además de verte salir de aquí ayer, ¿recuerdas?

-Muy objetivo- afirmé. Yasu empezó a prepararse un té para tranquilizarse, y al regresar la mirada al profesor lo vi intentando mantener el cuerpo del jefe quieto -gracias.

-Esta vez te la paso, pero ten cuidado con poner el horario de salida de tu amiga, y más si es de noche- o sea que por eso se había llevado la hoja.

Al llegar la policía acompañamos a la empleada a comisaría para que declarara, y cuando terminamos allí ya eran las 22:12, así que llevamos a Yasu a su casa para asegurarnos de que estaba bien y luego me llevó a la tienda. Suerte que vino en coche para traer a su gato.

-¿Me dejas llevarlo?- pregunté cuando salíamos del aparcamiento.

-Es mejor no soltarlo.

-¿Y en el transportín tampoco me dejas?- se detuvo y me miró rendido, pasándome la maletita con el felino dentro, cuando miré dentro me maulló innecesariamente -¿es reacio al contacto?

HÉROE HERIDO - AIZAWA SHŌTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora