-¿Te vas a poder levantar o cenamos en el suelo?
-Cuando me duele una erección como para quejarme al moverme no está así- se levantó sin problemas y me tendió la mano para ayudarme.
-Qué caballero.
-Alguien tiene que ser educado.
Caminó hasta la bolsa y cuando se dio la vuelta le toqué el bulto.
-Tienes razón con eso no haces nada- bromeé y fui a ver a su gato -nos lo llevamos a mi casa, a ver si siendo más acogedor conseguimos algo.
-¿Y la cena?
-Vivo aquí arriba.
Antes de llegar a la trastienda giré a la izquierda donde había una puerta que llevaba a unas escaleras.
-Vamos.
Apagué las luces y cerré la puerta cuando pasó, y como parecía no fiarse se detuvo hasta que pasé por delante.
-Solo hay que subir- era un piso y estábamos llegando -¿buenas vistas desde ahí?
-Para lo que veo con esta luz no hay mucho que decir.
-Te devolveré el piropo- avisé.
La puerta que unía mi casa con las escaleras no tenía cerradura así que solo empujé y lo hice pasar. Lo llevé a la cocina americana que tengo y puso la bolsa en la isla.
-Platos en el armario del medio, voy a dejar a tu michi en mi cuarto.
Miraba todo lo que alcanzaba su vista desde la cocina, que era todo menos el baño y mi habitación. Yo salí sin la chaqueta, solo con los pantalones y una camiseta corta hasta la cintura.
-Está muy recogida para ser la loca de los gatos.
-Estás en forma para ser un yonqui- me miró serio poniendo cada cosa en su plato -y todavía te debo una.
Llevábamos la mitad de la cena hablando tranquilamente sobre nuestros trabajos, él se disculpó por no haber llegado a su hora y me contó algo de unos alumnos que no lo dejan vivir. Hasta que su gato apareció tímido, me hizo un gesto para que mirase a mi espalda y ahí estaba saltando al sofá y oliendo todo.
-Déjalo que se tranquilice un poco más, no seas como conmigo diciéndome "hola"- imité su voz.
-Nunca se ha quejado por acercarme por detrás.
Sonreí intencionadamente.
-Yo sí me he quejado.
-Hablaba del gato.
Terminamos de cenar y pusimos lo sucio a lavar mientras comíamos el banana split que habíamos hecho, yo sentada en la isla y él apoyado en la encimera que tenía delante de mí, mirando a su mascota.
-No lo acoses.
-Tienes la ventana abierta, es para que no se escape.
Oh.
Salté para cerrarla, pasando por el lado cuando me bufó amenazante, me asusté moviéndome hacia el otro lado y Aizawa se movió para acercarse, pero le dije que no y se apoyó en la isla donde volví a saltar para sentarme.
Miró el brincar de mis tetas. No lo culpo, aunque no quieras mirar es un reflejo, y ahora estaba al lado mirando al frente.
-¿Sigues pensando que la castración es lo mejor?
-Es más rápido que una terapia- me metí otra cucharada en la boca mirándolo de arriba abajo -aunque también hay otras opciones.
Hicimos contacto visual.
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HÉROE HERIDO - AIZAWA SHŌTA
Fiksi PenggemarLeah le propone una terapia de encuentros semanales al profesor que tiene problemas con su gato. ¿Conseguirá que el héroe con una vida de constante alerta mental se relaje para poder acercarse a su mascota?