Se fueron dejándonos muy intrigados.
-¿Al final qué ha pasado con Yasu? Mic dice que no está bien.
-No he cogido el teléfono, sigue cargando. Pero es hora de que les cuente quién soy- me miró con ojos de cordero degollado -me están apoyando a pesar de todo, es lo mínimo que se merecen.
-Queda con ellos, es mejor en persona.
Le dejé un beso en la cabeza.
-¿Y la reunión qué tal?- se sentó en el mueble mientras me servía otra copa -no todo lo que reluce es oro y vienes estresado- se cruzó de brazos mientras me veía beber -¿quieres hablarlo?
Dejé el vaso y la miré intentando comprender mi postura, entonces me devolvió una mirada tierna y me deshice entero, comprendiéndolo al instante. Abrí sus piernas poniéndome entre ellas y la abracé, agarrándola y atrayéndola del culo para besarla, me sujetó de la nuca y nos unimos en un beso en el que me hizo buscar su lengua para jugar un poco, pero se hizo de rogar y la tomé del cuello para que no se alejara. La solté cuando sentí que había abusado suficiente de su cariño, tenía los ojos cerrados cuando me separe.
-Oye- miré por toda la casa mientras se espabilaba -¿dónde está mi gato?
-Lo he dejado en la habitación, es que está un poco...
-Sí- apoyé las manos en el mueble -parece que vuelve a sus días.
-Pero ahora también puedo decir que está así por mi culpa.
-Míranos compartiendo la responsabilidad del bebé- enredó algunos dedos en mi pelo -creo que le vendría bien que hiciéramos terapia.
-¿Te tengo desatendido?
-Es una sugerencia, la experta eres tú.
Su traviesa mano me empezó a acariciar y terminó agarrándome fuerte de la entrepierna, emití un grito ahogado y comenzó a masajearme, se me endureció enseguida y apoyé la frente en su hombro, conteniéndome para no morderle. Cuando levanté la cabeza para besarla me pareció ver algo detrás y la detuve sosteniéndole la muñeca.
-Ichiro.
Frunció el ceño -me empieza a preocupar tanta obsesión con mi tío.
-Que no, que está aquí.
El humo empezaba a crear su figura y la bajé rápido al suelo, e intentando disimular que no estábamos haciendo nada se puso delante para taparme.
-UF- hizo su aparición -ya estoy un poco mayor para viajar así.
-Hola- saludamos a la vez.
-Qué bien que te encuentro preparada, ¿nos vamos?
-¿A dónde?- preguntó Leah.
-Con los abogados, han aceptado verte.
-¿Qué abogados?- pregunté harto de hablar de ellos.
-Pero si al final no los llamé.
-Por eso lo hice yo- respondió el señor.
-Tío, es que ya tengo seis abogados.
-Pero si ayer dij-
-Sí sí lo sé, pero hoy tengo seis.
-Pero necesitas a estos, son los que se encargaron de que la detención de Hanzō no se hiciera público, trabajaron para Fatgum- frunció el ceño -lo conocen a él y conocen tu caso.
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HÉROE HERIDO - AIZAWA SHŌTA
Fiksi PenggemarLeah le propone una terapia de encuentros semanales al profesor que tiene problemas con su gato. ¿Conseguirá que el héroe con una vida de constante alerta mental se relaje para poder acercarse a su mascota?