Leah le propone una terapia de encuentros semanales al profesor que tiene problemas con su gato. ¿Conseguirá que el héroe con una vida de constante alerta mental se relaje para poder acercarse a su mascota?
-Sería necesario- nos soltamos -para no mancharte la almohada, no parecer un payaso por la mañana...
Agarró su bolso y caminó a la entrada.
-¿A dónde vas?
-A comprar.
-¿A estas horas?- fruncí el ceño -deja las cosas voy yo.
-¿Seguro?
-¿Qué necesitas?
-Leche desmaquillante o agua micelar.
No sé de qué me estaba hablando pero no quería parecer idiota.
-Te lo traeré- comenté no muy convencido -puedes coger algo de mi armario, ducharte, o lo que quieras, ponte cómoda.
Dejó el bolso -vale.
Por suerte tenía una tienda 24h en mi calle, pero después de diez minutos mirando en el pasillo de las bebidas Leah me llamó para saber si estaba bien.
-Estoy buscando. ¿Me has dicho agua nuclear?
Me quedé mirando los estantes del agua mientras me respondía cuando el dependiente se me acercó con una botella de aceite claro.
"Agua micelar"
-Ya lo tengo.
Le colgué y me acerqué a las leches, pero tras un minuto buscando algo de lo que ya ni me acordaba el dependiente me trajo un bote blanco.
"Leche limpiadora"
NARRACIÓN NORMAL
En ese tiempo Leah se había lavado el cuerpo y se había puesto una de las camisetas que había encontrado en el armario del profesor. Cuando escuchó abrirse la puerta salió de la habitación para recibirlo.
-¿Por qué has tardado tanto?
Aizawa miró las desnudas piernas de la chica y le entregó la bolsa.
-Había mucha gente.
-Gracias- miró dentro -¿y los algodones? ¿Toallitas?
-¿Qué?
-¿Me limpio con la mano?
Eraser rodó los ojos para volver a la tienda pero Leah lo agarró del brazo.
-Es broma es broma, con una toalla de cara me basta. Pero tendrás que lavarla.
En lo que la chica se desmaquillaba Aizawa se deshacía del traje para ponerse el pantalón del chándal con el que solía dormir. En ese momento Oboro entró al cuarto y el profesor intentó que se subiera a la cama pero no lo consiguió, así que se metió solo.
-Gracias- dijo saliendo del baño con la cara limpia y sonriendo.
Junior se acercó a ella y se dejó coger.
-Me está ofendiendo.
Se sentó con él en brazos.
-No ha hecho nada.
-Solo te hace caso a ti.
-Y tú también, de tal palo tal astilla.
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