Abrió la rejilla para que Oborito pudiera salir cuando quisiera y suspiró.
-Solo confírmame que no es tu novio.
-No lo es.
-Ahora confírmame que no tienes novio.
-No tengo.
-Ni novia.
-Estoy completamente soltera.
Asintió relajado.
-Era un poco tarde para preguntarlo pero mejor saberlo.
-¿No te gusta compartir?
-No promuevo la infidelidad.
-Eso es muy honrado- miró una vez más al hurón -¿quieres tocarlo?- se lo acerqué y lo acarició tiernamente -te veo sonreír- borró su gesto -no seas así.
-Tengo que irme.
-¿Te vas ya con tus hormonales alumnos?
-Tengo que prepararme.
Abrí los ojos sorprendida.
-¿Tú te preparas?
-Tengo que ducharme y ponerme el traje.
-¿Vais a dormir fuera?
-Sí.
-¿Y a qué hora te dejo mañana a Oboro? No quiero molestarte, seguramente vuelvas cansado.
-Hazlo cuando lo veas conveniente, lo más probable es que vuelva por la noche.
-Si al final tardas más en llegar avísame, no quiero que esté solo.
-Gracias.
Salió de la casa y al girarse para despedirse volvió a mirar detrás.
-¿Tanto te cuesta mantenerme la mirada?
-Junior ha tirado la bolsa del sofá.
Miré a ver. Y sí, la falda de colegiala estaba en el suelo.
-Puedo explicarlo.
-Te acuestas con un profesor y compras uniformes, ¿qué hay que explicar?- habló irónico.
-Es para una despedida, pero voy a devolverlo. Lo tengo a la vista para no olvidarme.
-¿No te queda bien?
-Hemos cambiado de temática.
-¿Por qué?
-¿Te pondría verme con eso?- desvió la mirada -¿te lo tienes que pensar?
-Mi respuesta va a necesitar explicación- esperé pacientemente -el uniforme no me da morbo- y eso fue todo lo que dijo.
-¿Me vacilas?- reí -¿eso es todo?
-Soy maestro, sería preocupante que solo por ponerte una falda de estudiante me pusiera cachondo.
-Bueno- me rasqué la pierna -dicho así igual tienes razón- el hurón trepó hasta mi hombro e intentó pasarse al otro por mi cuello -¿por qué siempre que estás presente todos los animales se me suben?
-Tú eres la que los entiende.
-Pues- me lo quité de encima -estarán marcando territorio al sentirse amenazados.
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HÉROE HERIDO - AIZAWA SHŌTA
Hayran KurguLeah le propone una terapia de encuentros semanales al profesor que tiene problemas con su gato. ¿Conseguirá que el héroe con una vida de constante alerta mental se relaje para poder acercarse a su mascota?