Capítulo 15

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-Aizawa- dejé la copa en la barra ara centrarme en él -sí que pasó algo pero prometí que no te lo contaría.

Dejó el vaso y frunció el ceño.

-¿A quién?

-A la señora Amano.

-¿Mi vecina? ¿Qué tiene que ver en esto?

Me rendí pronto y empecé a contárselo.

-Yo estaba en el armario- me detuve para recordar lo que pasó -y luego tus hojas, y Jessica- con cada palabra fruncía más el ceño -y empezó a hacer frío- su cara me estaba agobiando -y los animales estaban ahí.

-¿Ahí dónde?

-¿No me escuchas? con la señora Amano.

Tras procesar lo que dije pude ver cómo se le aparecía una interrogación en la cara. Me quedé esperando una respuesta y lo que hizo fue ponerme la mano en la frente.

-¿Te llevo a casa?

Le aparté la mano -vete tú a casa.

Dejó un billete en la barra para pagar la comanda.

-Te llevo a casa- se terminó su copa -no voy a irme tranquilo dejándote sola, hay un hombre que no ha dejado de mirarte las piernas.

Iba a girarme para saber de quién se trataba pero nada más hacerlo me colocó la mano en la espalda obligándome a caminar para irnos. Una vez en la calle esperamos un taxi sentados en el bordillo de la acera.

Era una noche estrellada con un viento suave, miré al cielo y rompí el silencio con una risa débil.

-¿Qué?

-Querías llevarme a casa para protegerme y estamos esperando a un desconocido para darle mi dirección.

De reojo vi una extraña cara en él, estaba con una media sonrisa mirando al suelo.

-No suelo traer el coche cuando bebo.

-No te preocupes, si pasa algo también puedo defenderme.

-Eso es verdad.

-Pero gracias.

-¿Controlas el quirk aunque hayas bebido?

-Prefiero no hacerlo.

-¿Difícil?

-Es complicado- me abracé las piernas -al estar algo desorientada puedo equivocarme de persona porque no consigo ubicar bien la energía que siento.

-En otras palabras, no puedes saber quién es la "fuente" de esa energía ¿no?- asentí con timidez -si tuvieras a cuatro personas y tuvieras que defenderte del segundo podrías atacar al tercero ¿es eso?- también asentí -empiezo a replantearme tu condición.

Me caí hacia su lado para empujarlo.

-Te dije que es una maldición.

-¿Alguna vez has atacado dormida?

-Tengo que estar consciente.

Se miró las manos y supuse que algo le rondaba por la cabeza, su lado serio luchaba con su curiosidad.

-Suéltalo.

-¿Era la primera vez que matabas?

-No esperaba que fueras a hacerme caso a la primera.

HÉROE HERIDO - AIZAWA SHŌTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora