-Aizawa- dejé la copa en la barra ara centrarme en él -sí que pasó algo pero prometí que no te lo contaría.
Dejó el vaso y frunció el ceño.
-¿A quién?
-A la señora Amano.
-¿Mi vecina? ¿Qué tiene que ver en esto?
Me rendí pronto y empecé a contárselo.
-Yo estaba en el armario- me detuve para recordar lo que pasó -y luego tus hojas, y Jessica- con cada palabra fruncía más el ceño -y empezó a hacer frío- su cara me estaba agobiando -y los animales estaban ahí.
-¿Ahí dónde?
-¿No me escuchas? con la señora Amano.
Tras procesar lo que dije pude ver cómo se le aparecía una interrogación en la cara. Me quedé esperando una respuesta y lo que hizo fue ponerme la mano en la frente.
-¿Te llevo a casa?
Le aparté la mano -vete tú a casa.
Dejó un billete en la barra para pagar la comanda.
-Te llevo a casa- se terminó su copa -no voy a irme tranquilo dejándote sola, hay un hombre que no ha dejado de mirarte las piernas.
Iba a girarme para saber de quién se trataba pero nada más hacerlo me colocó la mano en la espalda obligándome a caminar para irnos. Una vez en la calle esperamos un taxi sentados en el bordillo de la acera.
Era una noche estrellada con un viento suave, miré al cielo y rompí el silencio con una risa débil.
-¿Qué?
-Querías llevarme a casa para protegerme y estamos esperando a un desconocido para darle mi dirección.
De reojo vi una extraña cara en él, estaba con una media sonrisa mirando al suelo.
-No suelo traer el coche cuando bebo.
-No te preocupes, si pasa algo también puedo defenderme.
-Eso es verdad.
-Pero gracias.
-¿Controlas el quirk aunque hayas bebido?
-Prefiero no hacerlo.
-¿Difícil?
-Es complicado- me abracé las piernas -al estar algo desorientada puedo equivocarme de persona porque no consigo ubicar bien la energía que siento.
-En otras palabras, no puedes saber quién es la "fuente" de esa energía ¿no?- asentí con timidez -si tuvieras a cuatro personas y tuvieras que defenderte del segundo podrías atacar al tercero ¿es eso?- también asentí -empiezo a replantearme tu condición.
Me caí hacia su lado para empujarlo.
-Te dije que es una maldición.
-¿Alguna vez has atacado dormida?
-Tengo que estar consciente.
Se miró las manos y supuse que algo le rondaba por la cabeza, su lado serio luchaba con su curiosidad.
-Suéltalo.
-¿Era la primera vez que matabas?
-No esperaba que fueras a hacerme caso a la primera.
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HÉROE HERIDO - AIZAWA SHŌTA
FanficLeah le propone una terapia de encuentros semanales al profesor que tiene problemas con su gato. ¿Conseguirá que el héroe con una vida de constante alerta mental se relaje para poder acercarse a su mascota?