HÉROE HERIDO - AIZAWA SHŌTA

Capítulo 8

Una vez más esperábamos a Azumi.

-Siempre llega tarde- eché un vistazo a la carta.

-La verdad es que no tengo mucha hambre- habló Hiroko.

-¿Al final qué vamos a hacer?- preguntó Yasu.

Cogí el refresco y di un sorbo.

-¿No dijisteis que el de colegiala?

-No por favor- supliqué con cara rancia.

-¿Por qué?

-Se me hace un poco embarazoso acostándome con un profesor- introduje una pajita en el vaso.

-¡¿Qué?!- preguntó Hiroko -tienes que contarnos más de eso.

-Está muy bueno- habló leyendo los postres.

-Gracias Yasu por decir todo lo que tenía para decir- respondí irónica.

-¿Eso es todo lo que puedes decir de él?

-¿Esta comida es para elegir el outfit de la despedida o para hablar del enorme pollón que tengo semanalmente entre las piernas?

Se hizo el silencio.

-¡¿QUÉ?!- gritaron eufóricas al unísono.

-Voy a irme- cerré el menú y me levanté.

-¡Espera!

-¿Qué?

-¿De cuánto estamos hablando?

-Adiós.

Saliendo del restaurante un rubio se interpuso para hablar con el maître.

-¿Puede cambiarnos de mesa?

-¿Hay algún problema?- preguntó el empleado.

-No estamos cómodos cerca de las ventanas, somos...

-Entiendo. Voy a comprobar si la mesa que tenemos libre está disponible, enseguida vuelvo.

Sacó el móvil girando sobre sí mismo hasta que me vio.

-Perdona- intentó moverse rápido cuando me moví hacia el mismo lado.

-Disculpa.

Entramos en un patético bucle donde no dejábamos de interponernos entre nosotros.

-Me quedo quieto- alzó las manos y le rodeé.

-Gracias- sin saber por qué sonreí, me había caído bien.

-Soy Hizashi- me estrechó la mano.

-Yo-

Azumi entró al restaurante y me dio uno de esos abrazos que la gente como yo odia.

-¡Leah! ¿Dónde estáis sentadas?

Cuando pude despegarme me agarró del brazo y miró a mi nuevo desconocido.

-¿Soltero?- sonrió coqueta.

-Nos vamos- sin soltarla nos di la vuelta y regresé a la mesa.

-Ya hemos pedido- avisó Yasu.

-No hemos elegido- dijo Azumi.

-Haber estado aquí- respondió Hiroko.

-Creo que tu pollón va a estar aquí- advirtió Yasu mirándome con una extraña sonrisa.

-¿Cómo dices?