02 | JiMin

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Seúl, 31 de julio de 2023

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Seúl, 31 de julio de 2023.

06:00 AM.

Camino por los pasillos hasta llegar al gimnasio dentro de la KFP. Observo por el vidrio a mi compañero, Jeon JungKook, quién golpea frenéticamente un saco de boxeo.

No hace falta preguntar qué hace tan temprano aquí porque las bolsas debajo de sus ojos me dicen que no la ha pasado bien el fin de semana. Me sorprendería si fuera la primera vez que lo veo en esas condiciones. Pero no. Y lo peor de todo es que conozco la razón.

Lee JiEun.

Su fallecida prometida.

Desde que ví el nombre y la foto supe que ésto se volvería personal.

Jung HoSeok. Mejor conocido por su alías, J-Hope. Es el causante de la muerte de JiEun.

− ¡Carajo, Jeon! − exclamé. JungKook sigue golpeando el saco sin dirigirme un saludo ni la mirada − Al menos dime sí comiste anoche.

− Sí.

Golpea unas cinco veces más el saco hasta que le extiendo un vaso con café. Chasquea al ver mi intención de golpearlo por dejarme tanto tiempo con el brazo levantado. Cede, quitándome el vaso y llevándolo a sus labios, dándole sorbos lentos.

− Estuve investigando los informes para hallar una conexión con nuestro fugitivo y... creo que la encontré.

Mis palabras llaman su atención, pero no es el gesto que me espero. No está sorprendido ni curioso. Y creo saber la razón y lo odio. Siempre un paso adelante.

− Jung JiWoo, su hermana − dice. Yo maldigo en un susurro provocando al fin una reacción. Sonríe − Fue una de las mujeres que se metía con los jefes de otras organizaciones.

− Pero ¿por qué J-Hope ayudaría a Min? Es su competencia. No tiene sentido.

− Porque tu amigo le ha estado cortando el pase a los lugares de sus actividades − interrumpe la voz del ex-agente de la CIA, Lee MinHo − Por eso, Jung está buscando otras áreas para hacer sus negociaciones. Min, aún estando preso, controla el área sur por completo.

Yo vuelvo la mirada a JungKook, quién no está sorprendido por la presencia del hombre. Y mucho menos niega su afirmación.

− Eso... ¿es verdad, Jeon?

− Llevas más de una hora ahí. Recién te animas a hablar − increpa, ignorándome.

Observo como se quita los guantes para después tirarlos en un tacho de basura con perfecta puntería a la vez que camina hasta detenerse frente a MinHo.

− Solo quiero asegurarme de que no lo eche a perder, teniente.

¡Oh, no!

Empezamos mal.

Caso Lee | JJK, PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora