Jeon JungKook y Park JiMin, amigos desde la academia, se ven presionados al recibir un caso de investigación secreta. El Caso N° 7: Caso Lee.
Desde que fueron condecorados como tenientes en la KFP, esté es el primer caso en que trabajaran manualment...
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17:25 PM
Desde que conozco a JiMin, sé sobre su fascinación por los autos de lujo. Por eso, verlo embelesado con la vista de los 14 autos no me sorprende para nada.
—Debes estar bromeando —dice, fijando su mirada en un auto específico al final de la fila de autos.
La razón por la que vine aquí fue justo por ese auto.
Un Porsche Carrera.
Este deportivo esta equipado con un motor de 379 caballos de fuerza, alcanza una velocidad de 293 km/h y acelera de 0 a 100 en un poco más de 4 segundos.
JiMin se acerca y desliza sus dedos por el capó hasta llegar a la puerta y abrirla. Sonríe satisfecho. Tomo las llaves y se las lanzó, él las atrapa en el aire con una clara confusión.
—Hoy eres mi chófer —digo. Parece sorprendido, pero sonríe —Conduce con cuidado. Cuesta más de 100 mil dólares.
Subimos al auto y JiMin sé toma su tiempo para detallar el interior. El volante deportivo y los cómodos asientos así como la tecnología de a bordo.
—Es hermoso...
—Llegaremos tarde. Conduce ya.
—Déjame disfrutar el momento. No todos los días conduzco un Porsche Carrera.
—Puedo regalarte uno —sugiero.
Niega.
—Mi hermano desaparecerá con él apenas lo vea en mi garaje.
Sus ojos se cierran cuando empieza a carcajear.
«Park JiHyun lo haría» digo en mi pensamiento, antes de acompañar su risa.
—El mapa traza el camino —aclaro.
—Conozco el camino hacía el Club.
—Haremos una parada antes.
No pregunta ni comenta nada, solo se limita a salir por una puerta de garaje secreta para conducir. El silencio reina mientras la ciudad queda atrás. Los árboles y arbustos a ambos lados de la carretera nos dan la bienvenida. El sol ya se está ocultando en el horizonte.
JiMin decide poner música para acompañar el ambiente, tamborilea los dedos en el volante y mueve la cabeza al ritmo de la pieza musical.
«A 10 metros, gire a la izquierda» anuncia la voz mecánica, después de 20 minutos de camino.
JiMin mira confundido la carretera y la pantalla. Baja la velocidad hasta detener el deportivo.
—No hay camino hacía la izquierda —se queja —¿Está descompuesto?
—Haz lo que te indica.
A tientas, obedece.
No hay camino fijo hacía dónde vamos. Cualquiera que pase por esta carretera, ni siquiera sabría que este es un camino con dirección a una cabaña dentro del bosque. Tiene muchos giros, por lo que conducir por esta zona es complicado. Sin embargo, JiMin lo hace sin dificultad, enciende las luces puesto que nos ha ganado la noche.
Tardamos unos 20 minutos hasta que a lo lejos vemos la cabaña. JiMin se estaciona en la entrada y apaga el motor. Me bajo del auto seguido de JiMin y nos recibe en la puerta una figura conocida para mí.
—JungAh, cada día estás más bella —expreso, dándole un fuerte abrazo.
—Shuuu... Mi hermano te puede escuchar —regaña entre risas —¿Quién es tu amigo?
—Park JiMin, para servirle —se presenta mi chofer, inclinando su cuerpo para besar sus nudillos.
—¡Todo un caballero! —exclama, satisfecha —Soy Kim JungAh.
—¿Y Kai? —pregunto, interrumpiendo su coquetería.
—Está en el patio trasero. Su moto se descompuso y la esta arreglando.
JungAh es 6 años mayor que JiMin, pero ni se le nota. Cada día está más hermosa. Kim JongIn o simplemente «Kai», la cuida mucho por ser una belleza andante. Como dicen por ahí: «la debilidad de un hombre es la familia». Y aplica muy bien con Kai. Cuando lo amenazaron con hacerle daño, Kai me busco y delató a sus jefes. Como protección, le cedí está propiedad donde vive tranquilamente junto a su hermana.
Me alejo de ambos para ir con la persona que vine a buscar. Lo encuentro en cuclillas arreglando el motor de un Honda NM4 Vultus.
—¿Necesitas otra? —pregunto.
Sonríe al verme y se pone en pie para saludarme.
—JungKook, ¿cuándo llegaste? —pregunta después de abrazarme —No escuché el motor de tu Mercedes.
—Acabo de llegar. Y no, vine en el Porsche.
Me cuestiona con la mirada. De preferencia vengo aquí en mi Mercedes AMG GT 63S, pero como venía con JiMin deseché la idea.
—Sé que no viniste de visita —indica —¿Qué necesitas?
Niego, divertido ante su acierto.
—Me conoces muy bien. Necesito tu ayuda.
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