Caso Lee | JJK, PJM

17 | MiHi

Busan, 30 de agosto de 2023.

7:00 PM.

En la agencia aprendí muchas cosas. Una de ellas era a leer el comportamiento de alguien en específico para detallar y proceder a enfrentarte a esa persona sin echar a perder la misión. Me enseñaron a nunca bajar la guardia y analizar hasta el más mínimo movimiento o gesto emitido por el contrario. A distinguir la verdad en las mentiras.

«El cuerpo te delata» decía mi padre.

Pero... con JungKook era ¿complicado?.

Él es como leer una hoja en el lenguaje élfico de Tolkien. Difícil de leer. Creí tener una idea de él cuando lo vi por primera vez, pero ahora... Bueno, todo lo que había demostrado era superficial; sin embargo, con HeiRan no fingía. Era amable, sensible, persistente, curioso y competitivo —me atrevería a decir que también era apasionado a lo que le gusta—. Lo demostraba en sus acciones a diario. Podía llegarse a confundir, cosas que tenía claras dejaron de estarlo con el tiempo. 

—Kookie... ¿más? —pidió HeiRan, señalando su táper de ramen.

—No deberías de consentirla —dije, viéndolo caminar hacía la cocina para traer otro envoltorio de ramen. Él se limito a negar con indiferencia. Protesté y solo dijo: «No está mal consentirla. Por ahora» —Aún así no deberías.

—¡Mini, mala! —chilló la niña mientras Jeon ocultaba una carcajada bajo una tos.

Negué, levantándome de la alfombra de la sala con dirección a la cocina. JungKook me siguió, dejando a HeiRan viendo su programa infantil en la televisión.

—¿Has pensado en lo que sigue? —preguntó. Asentí con un movimiento de cabeza y él se cruzo de brazos, apoyado en la encimera —¿Dónde la llevarás? Porque no puedes sacarla de Corea sin papeles.

—Un amigo me ayudará con sus documentos.

—Pero no te puedes ir. J-Hope representa una amenaza para ella —insto, quitándome el bol donde comía mi ensalada de frutas —HeiRan no estará a salvo con J-Hope suelto...

—Muerto sí —le corté —Capturarlo nunca fue mi prioridad, Jeon.

Me miró fijamente. Asintió al ver mi determinación y volvió el bol al fregadero, soltando un suspiro.

—Será muy fácil para él —musitó —Una muerte rápida y no pagaría por el daño que hizo.

—No me pienso arriesgar a que envíe a su gente en nuestra búsqueda.

Volvió a asentir.

El silencio reino, mientras él lavaba el bol y algunos vasos que habíamos ocupado en la cena.

—Mini... —llamó HeiRan, desde la entrada a la cocina —Mi panza quema.

Me acerqué a ella y me agaché a su altura.

JungKook imitó mi acción.

—¿Qué sucede? —preguntó, sobándole su abdomen con la mano.

—Quema... —chilló con lágrimas en los ojos.

—¿Lo condimentaste? —cuestioné.

Negó, tomándola en brazos para sentarla en la encimera.

—No añadiste los sobres, ¿verdad? —le preguntó.

HeiRan agacho su carita, ocultándose de nuestra mirada.

JungKook se alejó en busca de medicina por la ardencía estomacal mientras yo me quede con HeiRan, consolándola. Cuando regreso, tenía un jarabe de color rosado y midió la cantidad en una cuchara antes de dárselo. HeiRan se lamió los labios, diciendo: «Dulce» y «rico».

Reímos por su entusiasmo.

JungKook la llevó en brazos hasta la sala, sentándose con ella sobre su regazo. HeiRan se acurruco en su pecho, mientras yo le sobaba su pancita en círculos desde mi lugar a su izquierda.

Era asombroso cómo se había acostumbrado a la presencia y cercanía de JungKook. HeiRan se tardó una semana en aceptarme, pero con JungKook solo se tomó menos de 24 horas para hacerlo. Era tonto sentir celos por eso, pero lo estaba.

Observamos el programa con las risas de HeiRan cada 5 minutos. Perdí la cuenta del tiempo hasta que dejamos de oírla reír. JungKook sonrío al verla profundamente dormida y me aviso que la llevaría a la cama. Los observe desde atrás, hasta lo ayude a acomodarla en la cama y juntos la contemplamos dormir por unos minutos.

—JiWoo hizo un buen trabajo con ella —susurró —Me sorprende que sea hija de Suga.

Carraspee.

JungKook frunció el ceño en mi dirección. Me aleje después de besar la frente de HeiRan y él me siguió hasta la sala.

—¿Qué fue eso?

—Nada.

—Eso no es "nada" —enfatizó la última palabra en su tono de voz —Es como si supieras algo que yo no y...

—No es de tu incumbencia —sentencie.

—Suga no era su padre —afirmó, tomando mi brazo cuando intente alejarme de él —Por eso no le importaba dejarla con J-Hope. Él sabía que no era su hija.

—Sí.

Me detallo minuciosamente, buscando algo que no encontraría.

—¿Quién...?

—Es irrelevante —corté.

Asintió.

Me aleje, encerrándome en mi habitación y maldije por bajar la guardía. Nunca me había sucedido antes. Siempre estaba concentrada en mi misión, pero Jeon... Jeon era una distracción.

Una bella distracción.

Fecha de publicación: 29/02/2024