Jeon JungKook y Park JiMin, amigos desde la academia, se ven presionados al recibir un caso de investigación secreta. El Caso N° 7: Caso Lee.
Desde que fueron condecorados como tenientes en la KFP, esté es el primer caso en que trabajaran manualment...
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Seúl, 22 de septiembre del 2023.
8:00 pm.
Observo atentamente mi celular desde la comodidad en mi oficina.
Hace unas semanas grabe un video a las afueras de la cabaña donde nos estábamos quedando. En él, HeiRan alimentaba a una ardilla con una galleta integral que JungAh nos trajo junto a las compras que hizo en el supermercado.
MiHi le indica como proceder para no asustar al roedor.
HeiRan sonríe complacida cuando la ardilla toma sus dedos con sus diminutas manitas y se aferra a la galleta ante de salir huyendo, trepando hasta estar a una altura prudente que garantice que puede comer tranquila. HeiRan salta, señalando al pequeño animal.
—Mida Mini... La adilla come...
Pauso el video justo en donde la cámara enfoca el rostro de MiHi, una sonrisa adorna sus labios y el brillo de sus ojos es tierna. El único pensamiento se centra en su belleza, y no por su físico, sino por su belleza espiritual. Ella maneja una máscara de frialdad y reserva, pero una vez se la quita, es apasionada, amable, tierna e inteligente.
—No paso nada con mi hija ¿verdad, Jeon? —MinHo cuestiona, entrando a mi oficina con una ceja enarcada.
Bloqueo la pantalla de mi celular y borro la sonrisa que tenía en mi rostro. Me acomodo en mi silla y aclaro la garganta antes de hablarle.
—TaeHyung identifico los rostros de las personas dentro del yate —empiezo, cambiando el tema —Keith Kuznetsova, un jefe de la Bratva y Kang MinSu, un militar norcoreano de alto rango.
—Sé quienes son. ¿Cuál es tu plan?
—Entrar, matar a J-Hope y rescatar a MiHi.
MinHo ríe a carcajadas.
JiMin y EunWoo entran a mi oficina, seguidos por TaeHyung.
—MiHi no necesita que la rescatemos —dice MinHo, una vez controla su risa.
EunWoo sonríe burlón, tomando asiento a su lado.
—Ella solo necesita que aseguremos a HeiRan. Solo entraremos para matar a J-Hope y hacerlo parecer un accidente —explica.
—Bueno, ¿a qué hora partimos? —cuestiona mi amigo, JiMin.
—Ahora.
MinHo se levanta, me dedica una mirada y se aleja, susurrando algo en un idioma inentendible para mi —aunque creo que es latín o italiano—: «Bene vale, fili»*. EunWoo se tensa, mirándome con... ¿celos o odio? No lo sé. Pero no me gusta su mirada rencorosa.
