Jeon JungKook y Park JiMin, amigos desde la academia, se ven presionados al recibir un caso de investigación secreta. El Caso N° 7: Caso Lee.
Desde que fueron condecorados como tenientes en la KFP, esté es el primer caso en que trabajaran manualment...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Busan, 03 de septiembre de 2023.
9:15 am.
Hoy era domingo. JungKook se había contactado con TaeHyung para coordinar una reunión conmigo. Era la primera vez, desde el operativo, que se contactaba conmigo. Así que estaba en la carretera, manejando mi Harley rumbo al punto de encuentro. La casa de Kai y su hermana, JungAh.
«Gire a la izquierda».
—¡Me sé el camino! —expresé, hastiado por la voz mecánica en mi oído.
No era la primera vez que conducía la Harley Davidson Cosmic Starship que JungKook me obsequió como regalo de cumpleaños por adelantado. Y mucho menos, conducir a la casa de JungAh.
A decir verdad, había ido más a la casa de JungAh en los últimos días que a mi propia casa. No especificaré lo que hacíamos en cada visita, aprovechando que su hermano menor, Kai, salía todas las noches al Club Génesis para administrarlo junto a YeonJun.
No deje de mirar los espejos en caso me estuvieran siguiendo. Aunque no descarté que me siguieran por imagen satelital, pero dudaba mucho que el gobierno gastara millones de wones para girar los satélites con tal de seguirme el rastro. Por lo tanto, estacioné cerca de un pequeño canal e instale una carpa de campaña. Todo se trataba de despistar las sospechas.
7:30 pm.
Una leve llovizna se había precipitado. ¡Maldito clima!
Tome una botella de agua y el bolso con todo lo que me pidió JungKook. Camine por el bosque, guiándome con el GPSMAP 79s. Cuando visualice la cabaña de JungAh, apresuré el paso aliviado.
—Espero no llegar tarde —dije, entrando a la cabaña.
Grata fue mi sorpresa ver a Kai con una niña en brazos que lloraba a mares y pedía a gritos a «Kookie» y «Mini». JungAh estaba en la cocina, calentando una olla con leche.
—Llegas muy tarde —gruño Kai, pasando a la pequeña al sofá blanco de la sala. Tomo el control y encendió la TV y le puso un programa infantil —¡Dios! Ahí está Pororo. Deja de llorar.
HeiRan lloró más fuerte.
—¿Y JungKook?
—Ya se fue junto a MiHi —respondió JungAh.
—Te estuvieron esperando justo por esto —increpo Kai, señalando a la pequeña con las manos y la desesperación marcada en la cara —¡Toda tuya!
Solo di un parpadeo y Kai ya había tomado su chaqueta y las llaves de su moto, pasando por mi lado y perderse en la lluvia.
—Pero...
—¿Trajiste lo que te pidió, JungKook? —me cuestionó, JungAh.
Asentí, rebuscando en el bolso hasta que saque una caja. Un tonto juego armable de madera para niños de 5 años. «El idiota me engaño para servir de niñera».
La suave risa de JungAh llamó mi atención.
—¿Te parece divertido?
Asintió, aun riendo.
Camine a ella, pasando la mirada por las ventanas en caso Kai aún no se halla ido, antes de tomarla del rostro para devorar sus labios en un beso necesitado.
—Ji-Min... Rini...
Gruñí, separándome de JungAh para ver a HeiRan observarnos con sus ojos cristalizados, pero enfocados en nosotros. Asombrada.
—¿Usted también come pastel de su boca? —preguntó suavemente.
JungAh y yo compartimos miradas confusas por la pregunta de la pequeña. Me acerque poniéndome a su altura.
—¿Pastel? —Asintió con su cabecita, de arriba a abajo.
—El oto dia, Kookie comió pastel de la boca de Mini —dijo con una pequeña sonrisa —Yo también quiedo pastel. ¡Dame pastel!
JungAh soltó una carcajada por la inocencia de la niña, que acompañe poco después.
«Pero mira nomás. Ya sé como vengarme de ti, JungKook.» pensé.
—Está bien. Pero yo no comía pastel —expliqué, mirando el vaso de leche que JungAh tenía en las manos —Yo bebía leche. ¿Quieres?
HeiRan afirmo y JungAh se encargó de hacer que se bebiera todo su contenido, mientras yo me retiraba a una habitación para cambiarme la ropa húmeda. Cuando me uní a ellas, JungAh había encendido velas debido a que la llovizna se convirtió en una tormenta que había provocado un corte de luz que tardaría en repararse.
—Veré que puedo hacer con la luz. No es la primera vez. Empieza con tu misión —dijo JungAh mientras se perdía con una vela en la mano.
Bueno, mi papel como niñera empezaba justo ahora.
Me acerque a HeiRan y nos sentamos en la alfombra de la sala junto a las piezas de madera, ayudándola a darle forma a las construcciones. Jugamos unas horas y terminamos cuando la pequeña empezo a bostezar por el cansancio. La tomé en brazos y la lleve al cuarto de JungAh, la arropé, le conté un cuento y le canté hasta que por fin se dormió.
Solo esperaría hasta que JungKook pasara por ella. La lluvía ya había parado y el problema de la luz ya había sido arreglado por la maravillosa mujer, a quien me comí a besos apenas salí del dormitorio de HeiRan.
Mi celular vibró en mi bolsillo y a regañadientes me separe de JungAh para revisarlo.
JungKookie Cuida de HeiRan hasta mañana. Tengo mucho trabajo. Enviado: 10:23 pm.
JiMin Ese trabajo ¿tiene que ver con comer pastel? Enviado: 10:23 pm.
JungKookie Mierda. Enviado: 10:24 pm.
Reí bajo.
—¿Qué es tan gracioso? —me cuestionó JungAh, sonriendo.
Negué antes de alzarla en brazos, enredó sus piernas a mi cintura y camine con ella hasta la habitación de Kai. No sería la primera ni la última vez que usabamos su cama. Era excitante.
«JungAh me tiene envuelto alrededor de su dedo meñique. Y lo peor de todo es que ¡me encanta!»
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.