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Busan, 08 de septiembre de 2023

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Busan, 08 de septiembre de 2023.

7:45 am.

Me gusta JungKook.

Esa realidad me cayó como un balde de agua fría. Por lo general, que alguien me pareciera atractivo era una cosa y que me gustara era otra. Existe una gran diferencia entre ambos términos. Y lo peor de todo, es que había una delgada línea entre gustar y amar. Y para mi, esos sentimientos eran riesgosos.

Por eso, ahora estaba contemplando el rostro dormido del hombre a mi lado. Era la tercera vez que lo hacíamos y estaba aterrada. No podía crear vínculos así de fuertes a excepción de la sangre y mi padre.

—¿Te gusta lo que ves? —cuestiono JungKook con voz ronca. Al no tener respuesta, abrió sus ojos para después sonreír —Podría acostumbrarme a esto.

Reí.

—Será mejor que no.

Hice el intento de levantarme, pero él me arrastro de nuevo a la cama, envolviendo mi cuerpo con sus fuertes brazos y piernas, esparciendo besos lentamente por mi cuello.

—Quédate unos minutos más —susurró en mi oído —Prometo que lo disfrutarás.

—No. HeiRan no demora en despertarse y tú tienes trabajo que hacer —expliqué, recordándole lo que tenía que hacer este día.

Gruño, provocando mi risa.

En la lejanía se escucharon las ligeras pisadas de HeiRan hasta detenerse en la puerta de la habitación.

—¡Kookie!... Mini no está en su habitación —llamó, dando toques a la puerta.

Después de lo que pasó en la segunda noche en la que dormimos juntos, cuando HeiRan irrumpió en la habitación, por ello JungKook ponía el seguro para evitar que me vuelva a tirar de la cama y esconderme debajo de ella. Él no había parado de reír y burlarse de mí cada vez que me veía.

—No te preocupes. La buscaremos juntos —dijo, lanzándome una sonrisa pícara.

Negué, levantándome con éxito de la cama y ponerme la ropa que JungKook había tirado al piso en nuestra noche lujuriosa. Maldije cuando note mi braga rota. Era la cuarta prenda que JungKook rompía o desgarraba y aún me faltaba una que se negaba a devolverme.

—Te compraré más —susurro en mi oído, pasando por mi lado para abrir la puerta.

Me escondí en el baño, fuera de la vista de HeiRan.

—¿Dónde podría estar, Mini? —preguntó JungKook, alejándose con mi pequeña Rini.

Me escabullí a mi habitación hasta estar completamente presentable para a ambos —aunque para él, estar desnuda estaba bien—. Una vez estuve lista, baje para cuidar de HeiRan mientras que JungKook se iría con JiMin.

Caso Lee | JJK, PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora