Jeon JungKook y Park JiMin, amigos desde la academia, se ven presionados al recibir un caso de investigación secreta. El Caso N° 7: Caso Lee.
Desde que fueron condecorados como tenientes en la KFP, esté es el primer caso en que trabajaran manualment...
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Todo sucede muy rápido y ... ¿confuso?
Estoy alerta para el primero que se anime a disparar, pero me sorprende que el primer disparo salga del arma de un ruso y, ni siquiera es en mi dirección. Le dispara a un coreano a mi costado izquierdo que bajaba a la popa.
Ese es el detonante para que el resto de hombres se dispararan entre sí. Los rusos contra los coreanos, a excepción mía y JiMin. El ruso que disparo primero me lanza a JiMin, y me grita palabras que no logro identificar.
− Nizhe! (¡Abajo!) − grita, tirando un arma en dirección a JiMin.
Me uno a ellos en dispararle a los hombres de J-Hope. JiMin me sigue y vaciamos las municiones en los infelices.
− Me quedo sin balas − dice JiMin.
No sé de donde salen más hombres de Jung, pero este yate de lujo es enorme, así que está difícil saber cuantos hay.
En eso, uno de los hombres de J-Hope se le tira encima a JiMin y empiezan a pelear en el suelo de la popa y casi tiran a mi amigo al agua. Lo ayudo, disparándole al idiota. JiMin lo patea hacía el agua.
− ¡Cuidado! − me grita.
Cuando giro mi cuerpo, un hombre me apunta y mi reacción es lenta comparada con el del ruso que nos ayudó desde el primer momento. Se pone en frente de mi, como un escudo y recibe dos tiros. Uno en el cuello y otra en el pecho; no obstante, también le dispara al otro, vaciando su arma con el cuerpo del hombre de J-Hope.
− Oni dolzhny uyti! (¡Deben irse!) − dice, antes de dar su último respiro.
JiMin y yo nos ponemos de pie. Y corremos por donde J-Hope se fue con MiHi, pero de la nada el yate gira bruscamente hacia la derecha y JiMin y yo caemos al agua juntos a los pocos hombres que aun quedaban con vida.
− ¡Mierda!
Me toma unos minutos nadar hasta JiMin, quien se esfuerza por mantenerse a flote con el peso del chaleco-bomba.
En el camino matamos a los hombres de Jung que aún viven, mientras que los rusos nadan hacia una dirección distinta, alejándose de nosotros.
− Van hacia Japón − dice, respirando con dificultad.
− Nademos hasta allá.
JiMin me sigue de cerca, pero se cansa rápido. Nos detenemos a descansar un rato, pero de la nada vemos que el barco vuelve a girar hacía nosotros.
− Está regresando − dice − ¡Mierda! Un calambre − chilla.
Me quedo con él para evitar que se hunda, pero no aparto la mirada del yate.
− Mini...
En la cubierta veo a J-Hope arrastrar a MiHi del cabello hacia la cabina de mando.
MiHi y yo compartimos miradas durante unos segundos en los que pasa el yate a toda velocidad. Una lágrima se desliza por su mejilla y su mirada me dice algo que no me gusta.
«¿Por qué me mira así?»
− ¡MINI...!
Ese grito me desgarra la garganta.
Solo pasan unos segundos para tener la respuesta a mi pregunta. El yate explota bajo nuestras miradas. JiMin queda en segundo plano cuando veo el yate bajo un fuego incesante y vuelve a explotar.
− Mini....
Cementerio Nacional de Seúl, 25 de septiembre del 2023.
Ya ni siquiera siento el agua que cae sobre mí.
Hasta el cielo llora su partida.
Todos tienen un paraguas.
Veo de reojo a MinHo recostado sobre un árbol, presenciando la ceremonia de despedida de su única hija. Los lentes oscuros me impiden ver sus ojos, pero no necesito mirarlos para saber que no encontrare dolor.
− JungKookie... − JungAh me habla mientras que JiMin aprieta mi hombro izquierdo en consuelo − Debes dejarla ir...
Suspira resignada cuando no obtiene respuesta mía..
Ya he pasado por esto, y ella fue de gran ayuda en su momento, pero ahora no. Necesito esto. Y ella lo sabe.
Unos minutos pasan. Y la gente, uno por uno va dejando una rosa blanca y se retira. Yo aprieto mi rosa al ver que soy el único que queda.
− Kookie... − HeiRan se acerca con un pequeño paraguas y me lo extiende, pero desisto. Me pongo a su altura y le dedico una sonrisa triste − No estés triste. Mini decía que cuando se vaya, volvería como una estrella.
Sonrio.
JungAh se acerca y le toma la mano para llevársela a MinHo, quien la espera para irse juntos. ¿Dónde? No lo sé. Pero es lo mejor, mientras menos personas lo sepan, mejor.
− Jeon... − JiMin me mira y luego a la lapida − Es el momento.
Asiento.
Pongo la rosa sobre la lapida y la observo.
«Adiós, Mini»
La pequeña pizca de felicidad que sentí después de lo que paso con JiEun se me fue por completo. Pero al mismo tiempo, me quedan los recuerdos vividos. Su sonrisa y sus gestos me nublan la vista, su risa cantarina y los jadeos de sorpresa y placer se escuchan en mis oídos, la suavidad de su piel y el sabor de sus besos aun lo siento en mis manos y labios.
Ella no se ha ido. Sigue aquí, conmigo.
«Espérame, Mini»
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