Capítulo 3

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¿Y si te dijera que nada de esto fue accidental?
Y la primera noche que me viste, nada iba a detenerme
Puse los cimientos y luego, como un reloj
Las fichas de dominó se alinearon en cascada
T.S

🏎️🏎️🏎️

Las "coincidencias" se dieron cada vez que Max tuvo la oportunidad, eventualmente terminó confesándole a Carlos sus motivos para siempre buscar coincidir con Sergio, y sinceramente el español no lucía demasiado sorprendido, ya que según él, era obvio que Max estaba encantado con el mexicano, siempre tenía una sonrisa de adolescente enamorado cuando le veía, y sin realmente pensarlo mucho, Sainz le ayudó, llevándole a cada lugar donde supo que podrían cruzarse con el pecoso por "casualidad".

Eso mantuvo a Max feliz por algún tiempo, el simple hecho de poder convivir con Checo y de poder conocerlo más le era suficiente, poder ver esas hermosas pecas y sus ojos brillar cada vez que reía era el paraíso para él. Aún cuando Carlos pasó a ser parte de Renault, siempre tenía a Max pegado a él, esperando la más mínima oportunidad para interactuar con el mexicano, y, eventualmente, comenzó a cruzarse con el mayor "casualmente" mientras ambos iban solos.

No bastó mucho tiempo para que los pilotos formaran una agradable amistad, donde Pérez siempre terminaba aconsejando y cuidando de Max como si fuese un niño, cosa que al neerlandés de cierta forma le agradaba.

Verstappen cada cierto tiempo le preguntaba de forma casual por su vida romántica, pero Checo siempre tenía la misma respuesta "no tengo interés en ello por ahora". Max no sabía cómo sentirse al respecto, en cierta parte estaba feliz, porque significaba que tenía más oportunidades, pero al mismo tiempo casi se sentía ofendido que alguien como el mayor no tuviera una pareja.

Justo ahora se encontraba caminando hacia el restaurante del hotel, faltaban 2 días para su cumpleaños número 21 y se encontraba actualmente en Rusia, país donde se celebraba el gran premio de esa semana. Sumido en sus pensamientos el joven neerlandés no nota que hay una persona tras la puerta y la abre sin siquiera pensarlo, casi golpeando a quien se encontraba del otro lado.

- Uh lo siento - se disculpa cuando nota que casi golpea a alguien y cuando sube su mirada se encuentra con los ojos chocolate que lo tienen loco.

- Maxie? Deberías tener más cuidado - el mexicano menciona, gracias a sus reflejos pudo detener la puerta, pero sin duda si le hubiese golpeado le habría dejado al menos un morado.

- Disculpa, no ví por donde iba... - el más joven admite con algo de vergüenza, no puede creer que estuvo a punto de golpear a su lindo pecoso, aún siendo un accidente, es inaceptable.

- No te preocupes, no pasa nada - Sergio le regala una de sus brillantes sonrisas y Max puede sentir su pulso acelerarse - Vas a pasar? - pregunta apartándose ligeramente de la puerta.

- Yo... si... te vas? - el neerlandés pregunta tratando de esconder su decepción.

- Quieres que me quede? - el mayor pregunta con un leve tono de broma.

- Lo harías? - Max pregunta emocionado y Sergio no puede evitar compararle con un niño pequeño.

- Vaya... bueno, supongo que podría hacerte compañía por un rato -

- De verdad? Genial! - el joven se emociona aún más que antes ahora que ha tenido una respuesta afirmativa del pecoso.

Ambos pilotos se adentran en el restaurante del hotel y se sientan algo apartados, no queriendo llamar demasiado la atención, no les toma demasiado tiempo ponerse cómodos y conversar tranquilamente sobre cualquier cosa que se les ocurriera, ellos definitivamente tenían química, su conexión era innegable y Max no podía estar más feliz de haber decidido bajar al restaurante y cruzarse accidentalmente con Sergio... porque fue un accidente ¿Cierto?

- Y tu le creíste? -

- Si, recuerdo que incluso hice una pequeña maleta y me fuí de casa para buscar a mi verdadera familia - el mexicano agregó haciendo reír la neerlandés con su historia sobre cómo creyó que era adoptado gracias a su hermano.

- Vaya que no esperaba una anécdota de este tipo - el joven menciona una vez ha dejado de reír - Veo que eres un hombre muy familiar - finalmente se atreve a mencionar el detalle que desde hace un tiempo había notado.

- Algo así, quiero decir, son realmente importantes en mi vida, mis padres, mis hermanos... - menciona con algo de nostalgia y Max supone que al viajar tanto, no puede verlos tan seguido.

- Y te gustaría tener hijos? - el joven pregunta con una emoción palpable en su voz.

- Yo... si, la verdad me gustaría tener un familia grande - y Checo puede jurar que Max parece más emocionado que él con la idea, notando como sus ojos color océano se iluminan como dos hermosas galaxias.

- Tu esposa será afortunada - murmura suavemente sin quitar su vista del mexicano.

La conversación sigue por un rato más mientras comen algo ligero, la compañía del otro es realmente amena y el neerlandés disfruta el momento al máximo.

Cuando llega la hora de despedirse los pilotos intercambian algún par de palabras y Max toma el valor suficiente para conseguir algo que deseaba, el número de Checo, un vez lo tiene se despiden con un abrazo fraternal y cada uno toma su camino.

Una vez en su habitación Max se recuesta en su cama y como es costumbre cada vez que ve a Sergio, hace un recuento de todo lo que hablaron, haciendo notas mentales de lo más importante, hoy había sido un día especialmente bueno, había conocido más detalles de su vida personal, y obtuvo su número de teléfono ¡Su número!, eso significa que ahora podría escribirle todo lo que quisiera, y no es que él fuera un intenso, no, para nada, no quería lucir desesperado, pero definitivamente sacaría provecho de ello al máximo.

Así que todo salió como debía, y durante los siguientes meses Max siguió planeando cada movimiento meticulosamente, como si de ajedrez se tratara y su objetivo fuera un perfecto jaque mate, todo se alineó y Sergio sintió lo fácil que era querer al joven, porque definitivamente el pecoso ya le había tomado cariño.

Mastermind || ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora