La dinastía Lee [EunHae-Omegaverse]

CAPITULO 4

La cabaña bajo tierra

Cuando DongHae llegó a palacio esa noche, todo estaba tranquilo. Entraron como siempre por los túneles secretos que les permitía escapar cuando quisieran, siempre claro, que el rey y Siwon estuvieran en una de sus tantas distracciones y fiestas donde solo derrochaban dinero y se revolcaban con omegas y betas, esperaba que mañana fuera igual. Así podría ver a HyukJae.

No lo había dicho, pero el alfa le había agradado.

Tal vez era muy diferente a Siwon, aun así, no podría fiarse y tenia solo un motivo para hacer lo que estaba a punto de hacer, el apoyo del otro reino, tal vez ellos podrían salvar a DongHwa si es que DongHae llegaba a faltar algún día.

Ante la negativa de darle cachorros a Siwon, eso podría significaría que Siwon acabaría con él tarde o temprano, y al no estar DongHae no habría motivos para mantener vivo a DongHwa.

No permitiría que eso suceda.

- He oído que tendrán una competencia de caza en la mañana y habrá una demostración de esgrima por la tarde, estarán ocupados, amo.

El menor de ellos acababa de regresar de husmear entre los pasadizos de palacio, mientras SungMin peinaba el cabello de su amo. Permanecían siempre estaban en sus aposentos, no eran vistos muy a menudo por los alrededores a menos que se lo solicitaran y no tenía permitido hablar con la servidumbre de absolutamente nada. Esto claro, para evitar que pida ayuda o pueda hablar de más y ponga en peligro los planes de los Choi.

- Perfecto, saldremos después del almuerzo por el camino de siempre. Alista mis flechas y mi arco por favor.

La habitación de DongHae era la más grande de palacio, tenía estantes de libros y su propia sala de estar donde solían tomar el té cuando recibía la visita de su confesor, el sacerdote, un beta llamado Shin Dong Hee del Templo de la Región del Norte, que lo conocía desde bebé. Era la única visita que podía recibir.

Tenía además tres literas para que pudieran dormir, siempre juntos, no podía ser de otra forma. Y estaba conectada con pasadizos secretos que usaban para poder escapar. Pero eso no lo sabían los Choi, debido a que eran antiguos pasadizos que diseñaron sus antepasados para poder huir si había una invasión.

- ¿Está seguro que es una buena idea amo?

- Por supuesto que no, pero no tenemos otra opción- contestó francamente- tal vez puedan quedarse con él cuando yo no esté.

- ¡Amo! - gritaron los omegas a la vez.

La cercanía de la boda lo ponía melancólico y ansioso, no sabía con exactitud que podría pasar, pero sentía que no sería nada bueno. Y a pesar de que sus omegas muchas veces lo exasperaban, eran la única familia que había conocido desde bebé, no los podía dejar a su suerte.

- Moriré con usted amo, si es necesario- se arrodilló SungMin sujetando sus piernas.

DongHae frunció el ceño. El rubio muy pocas veces era cariñoso, pero dramático, ganaba más que cualquiera.

- ¡Nos dejaste por irte con un alfa en el castillo de los otros Lee!- le recriminó.

El omega hundió más su cabeza entre las telas de su ropa, estaba claro, que solo dramatizaba. Oyó a RyeoWook soltar una risita burlona.

- Son necesidades amo, usted algún día entenderá...

- Lo dudo.

- Yo si quiero entenderlo- siseó el menor mostrando sus pómulos prominentes- no pienso morir virgen, amo, no lo permita por favor.