CAPITULO 13

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El camino

Trató de subirlo con cuidado al caballo en cuanto lo cubrió con la túnica oscura. No sabía por dónde sujetarlo sin lastimarlo, pero le había visto proteger el lado izquierdo de su abdomen por lo que supuso que el hijo de puta de Siwon, le había golpeado en ese lado.

Hasta ahora había presenciado sus peleas, sus gritos y sus malos gestos, pero no imagino jamás que se atreviera a golpearlo. Es que no solo le había gritado si no que le había golpeado tanto que el omega estaba cojeando y su rostro estaba ligeramente hinchado y enrojecido. Rojo como debía estar su cara ahora mismo.

Le daba tan rabia, que por él volvería a pelear con Siwon mano a mano. El infeliz se creía porque pensaba que sería rey, y lo había maltratado por eso. Deseaba mostrarle que nunca debió poner un solo dedo en el bello rostro del omega y pensar en salir ileso.

Pero más que quisiera hacer eso, no podía. Él no era su pareja ni su alfa, y además se encontraban huyendo de allí, volver sería echar a perder todo.

Es que de verdad, quiso volver y acabar con él hasta no dejar sombra y rastro suyo. Todo se esfumó en cuanto sintió que el omega se dejaba caer contra su pecho, muy seguramente dormido.

Era casi medio día y estaba seco. Lo más seguro es que no hubiera dormido anoche, por la frescura de sus heridas, suponía que eran recientes, tal vez fueron hechas de madrugada, lo que le hacía suponer que el omega se había dormido llorando. Las cacatúas también se veían asustadas y una de ellas cojeaba al igual que DongHae.

Debían buscar un médico en el pueblo más cercano. Ya estaba planeado, irían a la posada de un antiguo amigo de su padre, que vivía muy alejado del reino de la región del Norte, por lo tanto, no tendrían riesgo que los encuentren.

Kyu los guiaba e iban tan rápido como podían, teniendo en cuenta que estaban en medio del bosque. Por momentos tocaba ligeramente la cabeza del omega para confirmar que no tuviera fiebre, aunque lastimosamente su cuerpo parecían tener un poco de calentura.

Tal ve sea el trajín, pensó.

No supo cuánto tiempo cabalgaron, hasta que se veían que estaban saliendo del reino de DongHae, felizmente no divisó a ningún soldado siguiéndoles, lo que le hizo pensar que todo había salido bien.

El sacerdote los habría distraído y mandado en dirección contraria a la que estaban yendo, se alegraba de tener aliados que podían ayudarlo de esa forma.

Tan pronto como anocheció, continuaron cabalgando, ya faltaba poco para llegar a la posada en la descansarían esa noche.

Sintió al omega removerse entre sus brazos y emitir pequeño gemidos de dolor.

- ¡Ah! me duele- le oyó decir mientras se agarraba de nuevo un lado del estómago. Se había despertado.

Sus costillas, pensó de inmediato.

El malnacido podía haberle roto las costillas, por eso se quejaba tanto. Recordaba haberse quebrado alguna en su entrenamiento, y eso realmente dolía. Mucho.

- Ya vamos a llegar, espera un poco más por favor.

- Tengo frío- se quejó el omega de nuevo.

Estaban por colinas y las noches estaba más frías que de costumbre por la estación del año. Lamentablemente no tenían más mantas, nada. Todo estaba en la posada, que habían sido enviadas por su madre.

Intentó cubrirlo más con ambas manos para darle algo de calor, entonces notó que estaba empapado en sudor. Mierda, estaba con fiebre.

- ¿Omega te sientes bien?

La dinastía Lee [EunHae-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora