CAPITULO 22

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El milagro y el motivo de vivir

(HyukJae)

La garganta le picaba, ardía y la sentía tan seca como si hubiese corrido kilómetros por un sendero en busca de agua. Quiso moverse, pero su cuerpo simplemente no respondía. Ni siquiera pudo abrir los ojos, estaba consciente pues podía escuchar a la gente a su alrededor ir y venir de un lado a otro. ¿Dónde estaba? ¿Qué sucedía con su cuerpo? Lo último que recordaba era haber golpeado al beta fingido porque intentó atacar a DongHae en la cocina.

El beta era un maldito alfa, como siempre lo había sospechado.

Su sangre hirvió con esa escena del beta encima de DongHae sin poder controlar sus instintos. Recordarlo era saber que el beta aun estaba en la casa, y él ni siquiera se podía mover.

- ¿Está apretando los puños? Su alteza real está consciente- gritó alguien.

Empezó a escuchar más pasos, como lo comenzaban a tocar en la frente en el pecho, y alguien sujetó su mano. Dedos suaves y pequeños en comparación a los toscos y grandes que eran los otros, supo que eran las de su omega quien lo tocaba.

Quiso devolverle el gesto, aunque su cuerpo siguiera son responderle.

- ¿HyukJae?- su inigualable voz lo calmó. DongHae estaba allí.

El omega era la única voz conocida entre tantos murmuros que escuchó. No importaba más, saber que él también lo cuidaba lo tranquilizaba más sobre todo ahora que ni siquiera podía hablar. Sentía el cuerpo tan pesado, su garganta tan desierta y sus ojos como si fueran dos puertas cerradas con llave, por más que intentaba no podía abrirlos.

Decidió no seguir esforzándose en cuanto dejó de escuchar de nuevo. Otra vez estaba en la oscuridad completamente solo sin ningún alma a su lado. ¿ya habría muerto? No lo sabía con exactitud.

De pronto, se encontró caminando en un sendero completamente oscuro y alumbrado solo por donde él caminaba. Ya no sentía nada, ni frio, ni dolor ni el cuerpo como una piedra.

En el lugar estaban sus padres, su hermana, sus sobrinitos regordetes, Kyu, pero ninguno le hablaba, solo lo veían desde la oscuridad mientras él caminaba sin sentido. Quiso ir en dirección hacia ellos, sin embargo en cuanto se desviaba del camino, la luz se apagaba y ellos desparecían sin dejar rastro.

Fue entonces cuando lo vio, frente a él a unos metros de distancia, DongHae. El omega estaba completamente desnudo de pie con una venda en los ojos intentando palpar con las manos algo de donde sujetarse.

Quiso correr hacia él antes de darse cuenta que también estaba desnudo. ¿Qué significaba eso? No le importó, necesitaba llegar hasta donde estaba el omega.

- ¡DongHae!- gritó para que el omega siguiera su voz.

Una sonrisa extraña asomó en su rostro mientras caminaba tratando de llegar hasta él, se sintió aliviado al verlo avanzar en dirección suya, cuando una mano salió de la oscuridad y tomó al omega cargándolo bruscamente.

- ¡No! ¡Suéltalo!

Corrió y corrió sin importar nada en busca del omega, que había desaparecido entre gritos y pataleos hacia aquella sombra oscura que se lo había llevado. El temor, la ansiedad y el pánico creció en su estómago y se expandió por todo su cuerpo, por lo que abrió los ojos de golpe.

Sin darse cuenta estaba sentado sobra la cama rodeado de siluetas complemente oscuras que tenían puestas mascarillas como las que usaban los omegas afuera del templo.

La dinastía Lee [EunHae-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora