Problemas
(Kyu)
Ya estaba por amanecer, y no había pegado el ojo en toda la noche. Se suponían que hoy regresaban a palacio, pero no sabía si DongHae ya habría escrito el maldito decreto o sería como decía HyukJae, se irían juntos. Cualquiera que fuera la situación, necesitaba averiguarlo ya.
De pronto alguien tocó su puerta.
Abrió creyendo que sería el sacerdote, pero se sorprendió al ver a DongHae de pie frente a él. Se notaba que había llorado, tenía una túnica puesta y la cabeza tapada.
- Necesito que me ayudes.
Arrugó la frente en señal de confusión. El omega no le agradaba para nada, por lo que no estaba interesado en lo más mínimo en lo que le pasaba. Para esto tenía a HyukJae. Que estaba como perro faldero detrás de él.
Rodó los ojos tratando de ahorrarse un problema más con Hyuk.
Quiso cerrar la puerta, pero el omega no le dejó. Él solo era un consejero de una casa real, mientras que el omega seguía siendo un príncipe, y ahora, si quisiera sería el verdadero rey de su pueblo, pero aquello al omega parecía importarle menos.
Y a él también.
- Por favor.
- ¿Por qué no lo hace HyukJae?
- Voy a quedarme aquí, no me iré con él, así que necesito escribir el decreto para que puedas largarte y seguir asegurando la paz en tu reino. ¿No era eso lo que querías?
Arrugó más la frente. Definitivamente el omega no era un omega cualquiera, de delicado solo tenía la cara. El carácter era demandante. Petulante diría él.
- Así que nos oíste- le dijo sin el más mínimo remordimiento.
- Por supuesto que sí.
No iba a pedir perdón por lo que había dicho. Fuera DongHae bueno o malo, para su reino representaba peligro, inestabilidad y abolición. Así que si el omega había decido no hacer caso a HyukJae, aquello solo podía darle alegría.
- Bien. Pasa.
La túnica del omega tenía rastros de hierbas y ¿pasto? Supuso que no habían pasado la noche en su habitación esta vez, porque no quiso preguntar dónde estaba HyukJae, porque era más que obvio que estaba lejos.
Lo vio caminar de forma extraña, parecía como si hubiese rodado por una colina golpeándose la pierna y llenándose de pasto el cuerpo.
- Tú sabes quién será el heredero, escribiré el decreto tal como querrían que lo hiciera.
- Perfecto. Empieza- le dijo mientras le señalaba la pequeña mesa que había en su habitación.
Encendió una vela pues aún estaba oscuro, colocó sobre la mesa un pergamino y una pluma. Lo vio escribir:
DECRETO REAL
Yo, el rey, en quien confían los dioses y mi pueblo. Hijo de reyes, nieto de reyes, bisnieto de reyes que hoy me preceden. Habiendo cumplido la edad autorizada para reinar, hago uso de mis facultades, otorgadas por el pueblo y en nombre de ellos, me permito declinar mi posición en favor de mi primo tercero, hijo de la nieta de la hermana de mi padre, Kim Jong Woon, el poseedor de este mandato.
Desde el anonimato, planeo vivir alejado de la corte y sedo mis derechos, pagos y títulos a mi honorable primo, a quien deseo, que el pueblo acoja como su verdadero y único soberano. Es mi voluntad, decreto que se cumpla y certifique.
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La dinastía Lee [EunHae-Omegaverse]
RomansaPuedes olvidar muchas cosas en la vida, pero jamás olvidarás lo más importante, de dónde vienes, a qué familia perteneces, dónde está tu sangre y cuál es tu linaje. Muchos pactos se han firmado incluso antes que nacieras, se han tomado decisiones e...