CAPITULO 39

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Los de la Nación del Oste

(HyukJae)

Podía sentir el agua bajo la planta de sus pies mientras caminaba ¿estaba en un charco? Como fuera se encontraba rodeado de bastante agua, incluso caía del cielo como enormes gotas que chocaban contra su cabeza y hombros. Humedeció sus labios al notar las gotas mojándolo como acto involuntario. Salada.

El agua era salada.

¿Pero cómo era posible que fuera salada el agua de la lluvia? Arrugó las cejas bajando la vista. Notó a la par que el agua que reposaba bajo él tampoco tenía in color claro, era más bien, oscura.

¿Qué estaba sucediendo? No recordaba nada, por su mente no pasaba ningún pensamiento más que el de la extraña lluvia ante sus ojos. Cuando de pronto, un olor familiar, invadió sus fosas nasales.

Lilas.

Las lilas lo inundaron completamente trayendo a su mente una sola imagen. La imagen de su omega. Que, a pesar de sus reiterados intentos por ubicarlo, en el campo donde se encontraba, no lo hallaba por ningún lado. Necesitaba averiguar de donde provenía el olor, pues era allí donde seguramente DongHae estaba. Iba tan centrado en su objetivo que no notó que el agua comenzaba a subir cada vez más, hasta llegar a cubrirlo completamente.

Supo que moriría ahogado, en aquel lugar completamente solo y aunque trató de salir a superficie con todas sus fuerzas, algo lo arrastraba hacia el fondo. Las lilas se habían perdido, el agua salada invadió sus pulmones, entre pataleos y manotazos, durante segundos, divisó una luz proveniente del fondo, como si un cofre de oro lo estuviera atrayendo con su exuberante resplandor. Quiso acercarse al cofre, pero ya no tenía fuerza mas que para no dejarse arrastrar más. Perdería el tesoro que reposaba oculto mientras se desvanecía lentamente.

- Está despertando majestad.

Al abrir los ojos, los rayos del sol lo irritaron ligeramente. Se cubrió el rostro con ambas manos para evitar que le dieran directamente.

- Traigan agua para que pueda beber- ordenó una voz familiar. Sora.

Humedeció sus labios, evidentemente sediento, pero el sabor salado de su propia saliva lo extrañó. Era como si hubiese probado el agua del mar antes de despertar.

- ¿Qué sucedió? – preguntó sentándose repentinamente.

- Te trajeron por la noche completamente inconsciente y has estado así hasta ahora- le respondió mientras cerraba su pequeño libro.

Sora estaba sentada frente a él rodeada de sus doncellas quienes no dijeron ni una sola palabra por lo que se levantó en cuanto Kyu entró a la habitación haciendo ruido.

¿Había dormido una noche entera? ¿Por qué se había desvanecido?

El rostro de Kyu lo devolvió a la realidad. Se había desvanecido justo en el momento en que un soldado había dicho que el cuerpo de un omega muerto fue encontrado cerca a la orilla del mar.

- HyukJae, acabas de despertar- lo detuvo su hermana, pero él no le hizo caso alguno.

- ¿Dónde está? ¡necesito verlo!¡no puede ser DongHae, Kyu Hyun!

Sora se cubrió el rostro con ambas manos acongojada por ver a su hermano en esa situación. Seguramente ya le habían contado que sospechaban que aquel cuerpo... que aquel cuerpo era del omega.

- Es mejor que vengas a verlo tú mismo.

Se levantó de cama, anudando su bata en el camino. Siguió a Kyu por los pasadizos con Sora sollozando atrás de ellos. Poco le importó los pies descalzos, o que el sol estaba casi en media mañana, lo único que quería ver a ese supuesto omega.

La dinastía Lee [EunHae-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora