CAPITULO 46

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LAS NARANJAS PARTE I

(DongHae)

El viaje en carroza fue descrito por él como incómodo, agobiante y caluroso. No encontraba forma de sentarse en la que se sintiera por lo menos relajado, y estaba seguro que no se debía a la dureza del asiento ya que esta había sido rellenada con cojines suaves de plumas de ave traídos de las mejores granjas del reino del Sur.

Iba junto a Nana Marie que sujetó su mano desde HyukJae lo volvió a subir a la carroza después de abatir a Siwon hasta dejarlo casi inconsciente, y que lo encerraran en una especie de jaula que tenían preparada para él.

Sin embargo, seguía sintiendo su olor en el ambiente. Su nariz le picaba tal vez por el golpe que le habían dado en el barco mientras estuvo prisionero, o por sobárselo toscamente después de arrojar sobre la arena lo poco que había logrado ingerir. Estaba tan mal, que su esposo había luchado por acompañarlo durante el transcurso del camino, pero fue Kyu quien lo detuvo indicándole que necesitaba guiar las tropas ya que el comandante estaba en las playas del puerto de la Nación del Oeste luchando contra ellos.

HyukJae accedió a regañadientes solo porque no era un viaje largo, constaba de menos de una hora a carruaje. Llegarían pronto al campamento.

- Tranquilo alteza, aun no ha roto fuente-lo consoló Nana Marie retirándole los pelos de la frente- No hay que desesperarse.

Cerró los ojos y se recostó sobre el cabecero del asiento escarlata con bordes de oro, tratando de que su cuerpo se relajara. Podía oír el ruido de los caballos andar, las voces de los soldados entre ellos los de HyukJae y Kyu dándose indicaciones que prefirió no entender.

- Me siento muy mareado.

- Es por el hedor de aquel individuo- su hombro fue apretado suavemente- debe reponerse para que el parto no se adelante alteza.

- ¿Aún hay posibilidad? - preguntó incorporándose sobre su asiento.

Secó las lagrimas de sus ojos con su dedo índice derecho y evitó tocarse más la nariz para no irritarla. No podía separar una mano de su vientre como si de alguna forma les pidiera a los bebés tener más calma y esperarse un poco en nacer.

Tenía miedo de volver a sentir las punzadas de hace unos minutos, que por ahora parecían haberse disipado.

- Mientras no rompa fuente, tenga fiebre o debilidad corporal alteza real, es posible. Para eso, no debe dejar que nada lo altere. Ya veremos que dice el médico que lo revisara cuando lleguemos al campamento.

Dicho eso, Nana Marie lo ayudó a dormir un poco mientras el carruaje avanzaba a una velocidad moderada por la situación en la que se encontraban. Sabía que su hermano iba en otro carruaje, pero que debían llegar al reino lo mas pronto posible para que lo atendieran y no solo al campamento. Pero si su parto se adelantaba, tenía la seguridad que HyukJae no lo movería del campamento, lo cual ponía en peligro a DongHwa y su recuperación.

Estaban la salud de los bebés primero. De todas formas, su hermano podría seguir el viaje acompañado de los médicos que su majestad, su suegro había enviado.

Debía pensar en tantas cosas, y a la vez debía calmarse. Además, un pequeño miedo volvía aflorar.

El parto.

Eso le aterraba de tal manera que no quería exteriorizarlo por temor a parecer insensible ante el nacimiento de sus hijos. Se supone debía llenarlo de dicha, pero era todo lo contrario. Tenía miedo. Mucho pánico a no saber como era alumbrar, no uno, si no dos bebés. ¿Y si no lo hacía bien? El reino, sus suegros y sobre todo HyukJae podrían despreciarlo para siempre, ya que su principal misión y por único que habían caído en la gracia de sus suegros era que había prometido muchos niños a la corona de su marido, pero ahora mismo no sabía como traerlos al mundo. Su corazón palpitaba de un miedo irracional hacia el futuro.

La dinastía Lee [EunHae-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora