La dinastía Lee [EunHae-Omegaverse]

CAPITULO 32

El parto

(DongHae)

Estaban terminando de alistarse para la cena a la que habían sido invitados por Ji Ho. Ya que llegaron solos, sin sus omegas o algunas damas que normalmente acompañan a las personas de su rango, tenían que vestirse ellos mismos.

- ¿Por qué no trajimos a mis omegas? ¿es por que será un viaje corto?- preguntó colocándose su collar del sol y de la luna que le había obsequiado HyukJae.

El alfa terminó de vestirse para encajarse la corona en su cabeza con cuidado para que no se fuera a mover. Ambos estaban usando prendas ligeras, que la reina había recomendado para el clima del reino en el que estaban.

- Muy pocas veces tendremos la oportunidad de viajar solos, es difícil que lo hagamos, así decidí aprovechar.

- Entiendo.

- Si necesitas ayuda podemos pedir que nos asignen unas damas a nuestro servicio.

Hizo una mueca de desagrado ante las palabras de su esposo.

- No. No me gusta que cualquiera me vea desnudo ni me toque tan fácilmente, puedo hacerlo yo solo. Solo preguntaba.

- Siempre puedo ayudarte yo, a vestirte y a desvestirte, como quieras- susurró el alfa rodeándolo con ambas manos.

Pasó saliva pues no hacía mucho que hasta habían roto uno de los sillones de la habitación. Y aunque por libido quiso hacerlo de nuevo en ese momento, ahora ya su trasero estaba resentido y algo irritado.

Se sobó un poco con disimulo, negando con la cabeza.

- Para o lo haremos de nuevo y no llegaremos a la cena.

- De acuerdo. Cuando regresemos.

Meneo la cabeza soltando una risita burlona.

- ¿Ahora quien es el insaciable?

- Tú me provocaste primero.

Terminó de anudarse el cinturón que llevaba sobre la túnica de satín color aperlado cerrado con una costura en el centro que dejaba ver algo de escote en el cuello, que por el clima agradeció infinitamente.

Aunque la ropa acentuaba su ligera hinchazón, seguía pasando desapercibida para cualquiera que no lo conociera.

- Te ves precioso.

- ¿Crees que haya alguien más hermoso que yo allí en la fiesta?- preguntó juguetón.

Si había o no, no era su problema ni de su interés, pero le gustaba escuchar a su esposo decir que era el más precioso del lugar.

- Ni allí ni en ninguna parte del mundo- le susurró al oído convocándole cosquillas.

Debido a que las paredes no eran tan gruesas como en las otras naciones, ya se podía escuchar la música y el bullicio de afuera. Sonrientes, salieron tomados de la mano.

HyukJae lo guió por el pasadizo de piedra caliza disfrutando de la música que retumbaba cada vez más. La fiesta se desarrollaba alrededor de una piscina creada en el centro del castillo. Las columnas estaban adornadas con telas de seda de color verde esmeralda, un banquete marino en todo su esplendor los esperaba sobre enormes fuentes plateadas distribuidas en diferentes mesas.

Música muy distinta a la que solían escuchar en las cuatro naciones, ya que era más movediza y pegajosa ponía a todos los asistentes en parejas. El ambiente estaba muy alegre, ya que la noche estaba fresca y la luna brillaba en lo alto.