CAPITULO 23

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Tocando a la luna

(DongHae)

Regresó a su habitación pues debía prepararse, ya había terminado en desayuno porque lo que suponía que solo quedaban pocas horas para que el sacerdote los casara. No quería admitir en voz alta lo nervioso que estaba, ¿pero era solo eso? Los nervios de una boda apresurada, la recuperación de HyukJae cuando casi lo habían perdido en aquella cama. Todo había sido tan repentino.

Necesitaba encontrar el momento adecuado para contarle lo de DongHwa, si él sería su marido tendría que saber que su hermano no estaba muerto, que permanecía encerrado en su propio palacio por órdenes de los Choi, ¿pero si eso provocaba en HyukJae un arrepentimiento? El alfa podría pensar que lo había utilizado solo para salvar a su hermano y volverlo a colocar en el trono. Cosa que no era para nada cierta.

Él no pensaba en HyukJae de esa forma. Ni siquiera quería a DongHwa en aquel reino, con lo mucho se conformaría con tenerlo cerca, sano y salvo.

Apretó el anillo de su madre sobre su pecho con fuerza, deseando sentir que ella estaba allí con él. Necesitaba tanto el apoyo de su madre estos momentos. Estaba por casarse, y no tendría ningún familiar entre los invitados.

Encima su celo había llegado o estaba por llegar, pues había amanecido caliente y sofocado, lo que evitaba que se acercara al alfa sin querer saltar encima de él. De todas formas, la boda se realizaría al medio día, y suponía que, para la noche, al fin podría calmar el deseo interior de su cuerpo, que comenzaba a hacerse doloroso.

Por momentos desvariaba entre las paredes de la pequeña habitación donde se preparaba para la boda, con solo un pensamiento en la cabeza "HyukJae". Anhelaba sus manos, su respiración, su ancha espalda, ver sus lunares en su pecho mientras su fornido miembro entraba y salía una y otra vez de él. Ahora lo harían sin temor, sin límites.

Soltó un respiro pesado dejando el anillo de su madre sobre la mesa de noche, después lo guardaría.

Debía tomar el ungüento que le había dado SungMin para que su celo se calmara por lo menos durante de la boda, así que la bebió de inmediato, dejando el frasco vacío rodar por el suelo, casi mareado, se sostuvo de la pared mas cercana a su lado.

Se sentía desorientado, abrumado, caliente y severamente mareado. El olor de las lilas invadía toda la habitación indicándole que ya ni sus feromonas podría controlar. Esperaba con todas fuerzas que le quedaba que el dichoso remedio hiciera efecto, de lo contrario no podría ni salir de la habitación.

Minutos después, SungMin entró en la habitación con las hierbas y el agua con el que tomaría el baño antes de vestirse.

- ¿Cómo se siente amo? Llenaré la tina para que pueda tomar un baño.

El omega parecía revolotear como una mariposa mientras él se retorcía de dolor en una esquina. Le dio la mirada más aterradora que tenía, pero ni así logró quitar la estúpida sonrisa en su rostro, al parecer nada malograría ese día para sus omegas, eran los más felices.

- Amo. Le aseguro que el remedio que le di comenzará hacer efecto en unos minutos, será mejor que entre en la bañera ya, mientras reviso que RyeoWook no eche a perder el banquete de hoy- musitó haciéndole señas con las manos- sumérjase, ya regreso.

- SungMin- lo llamó en vano, pues el omega ya se había ido.

Se quedó con la mano estirada pidiendo ayuda, solo en la habitación. Tenía que reponerse de esa situación, de lo contrario no podría casarse, ya que, si el celo no bajaba en intensidad, ni siquiera podría salir de la habitación sin que todos notaran que estaba en celo.

La dinastía Lee [EunHae-Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora