36. Eddison

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—No tenemos tiempo de hacer venir a Denys Mallister ni a Cotter Pyke. —Bowen Marsh hacia gestos de pedir silencio—. Y lo más probable es que éste último esté muerto, ante las noticias de lo que pasó en Casa Austera. Así que debemos elegir a un nuevo lord comandante de inmediato.

El ambiente en el salón del agujero se había tornado tedioso. Aun imperaba cierta incertidumbre, pues el vacío que dejo la muerte de Jon no daba lugar a que alguien pudiera capitalizar el mando de una forma eficiente. Edd el Penas había tenido la oportunidad de hablar antes con el Viejo Granada y ello sólo sirvió para que éste le reiterara sus ideas. Cosa que Edd vio con cierto alivio, dado que ya pensaba en que, tras tener solo una conversación Marsh le haría pasar el mismo destino que Janos Slynt. «Bastaría con que se autoproclamase y no habría mucha diferencia.» Pensaba Edd Tollett viendo el poco interés que tenían los otros hermanos negros. Había perdido de vista a Val en cuento entró. Se figuraba que en cualquier momento la princesa salvaje haría alguna cosa inesperada.

—¿Y cómo esperas que elijamos uno? —gritó Ulmer del Bosque Real—ni siquiera tenemos un maestre que lleve el conteo de los votos.

—Ese trabajo lo puede hacer Clydas—dijo sin pensar Othell Yarwyck, quien se hallaba junto a Bowen Marsh.

—Clydas ahora atiende a los heridos. —Respondió otro guardia más joven—. No pueden pedirle que descuide eso dado que no sobran hermanos negros que vigilen este lugar.

—El responsable de eso fue Jon Snow por enviar lejos al maestre Aemon—respondió Bowen con claro enfado—, en lugar de pedir a otro maestre envió a su gordo amigo, y quién sabe cuándo volverá. Así que los exhorto a que elijan a un nuevo lord comandante.

—Si es así tendría que ser un puesto transitorio—respondió otro de los hermanos que era alto y de piel negra—, dado que las circunstancias para escogerlo no son las adecuadas.

Al decir eso un coro de aprobación envolvió al salón, y a la vez que muchos asentían.

Eddison notó que acababan de llegar Férreo Emmett y otro hermano negro, el cual le pareció algo familiar, era contextura robusta, no muy alto, calvo, lampiño, nariz redonda y ojos negros algo pequeños. «Ya recuerdo es Cebadón, pero creí que estaba muerto ¿Cómo pudo reponerse tan rápido?» Se preguntó Edd recordando cómo el mencionado había sido de los primeros en caer en las refriegas, y ante sus heridas ya se le daba por muerto. Pudo notar como Cebadón le murmuraba algo a Emmett antes de ubicarse en el lugar. En todo caso, eso no llamó mucho la atención de Tollett y volvió a concentrarse en el Viejo Granada.

—Y bien, hermanos—decía este—, decidamos este asunto ahora, si no hay alguien más dispuesto a asumir esta loable responsabilidad. Creo que ante nosotros está la única oportunidad, pues es una pena que hombres como Janos Slynt y Alliser Thorne, no se encuentren aquí para asumir este papel.

«Más bien es una dicha que no estén, he ahí un mérito de Jon.» se dijo Edd con cierta diversión.

—Esta vez decidiremos por manifestación—dijo Wick Whittlestick—Los que estén a favor que Bowen Marsh ocupe el lugar de lord comandante que se manifiesten.

Una buena cantidad de guardias negros elevaron el brazo, pero no representaba la gran mayoría.

—¿Hay alguien más que crea que deba ocupar este lugar? —preguntó Othell ante la actitud de quienes no se manifestaron en favor del Viejo Granada.

—Yo quiero proponer a Eddison Tollet. —Todos con sorpresa voltearon para ver a Férreo Emmett, quien se había puesto de pie.

—¿Edd el Penas? ¿Acaso te sientes mal Emmett? —dijo ser Wick en tono peyorativo y dirigiéndole una mirada de menosprecio.

La Princesa del Invierno: I El Saneamiento del MuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora