9. Jon

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La satisfacción de haberse reencontrado con Fantasma, su enorme lobo huargo le duró poco a Jon. Pues notó que Stannis y Melisandre llegaron para encender las hogueras en honor a R'hllor. Ante eso decidió tomar otro camino, procurando no toparse con esos dos. Al tiempo que lo hacía no pudo evitar toparse con parte del grupo de hombres que escoltaban al rey, quienes al ver al enorme lobo no pudieron evitar sentirse intimidados e impresionados. Jon se dirigió a los patios de entrenamiento, donde se encontró con una tropa de hombres del rey, quienes se quedaron sin palabras al ver a Fantasma, y decidieron apartarse del camino de Jon. Este notó el desolado ambiente que había.

—No veo a nadie por aquí. —Les dijo Jon antes de irse.

—Tus hermanos cuervos están en el agujero. —Le respondió el capitán de la tropa.

De inmediato Jon se dirigió a tal lugar, al llegar ya se notaba desde afuera el bullicio que imperaba en el salón, y decidió entrar. «¿Qué está pasando?» Se preguntó Jon, quien llegó sin que nadie se percatara de eso. Pudo así ver cómo discutían los presentes sin que se pudiera entender lo que decía la mayoría. Algunos hermanos negros aporreaban la mesa para ver si con eso evitaban tanto ruido, pero era inútil.

—¡No aceptaré que ese cambiacapas sea lord comandante! —gritaba Janos Slynt con indignación.

—¿Quién te crees para decidir cosas? —le respondió Cotter Pyke —no depende de ti quién será elegido lord comandante.

Férreo Emmett había desenvainado su espada en medio del griterío. Jon observó a la multitud de guardias negros y pudo distinguir a Sam, Edd el Penas, Pyp, Grenn, el maestre Aemon y otros. En cuanto Pyp notó la presencia de Jon emitió un silbido agudo que de inmediato causó que el salón quedara en silencio. Fue entonces que los demás pudieron ver a Jon acompañado de la enorme bestia blanca.

—Así que el bastardo decidió honrarnos con su presencia. —Dijo Alliser, rompiendo el silencio.

—¡Mírenlo! —vociferó Janos señalando a los recién llegados—viene acompañado de la bestia, es sin duda un cambiapieles. ¡Deberíamos colgarlo!

—¿Podría hacernos el favor de calmarse, lord Janos?­—dijo ser Denys tratando de mediar—Sabemos de sobra sus argumentos, pero nos gustaría discutir esa u otras alternativas que pueda haber.

—¿Alguien puede decirme qué sucede aquí? —preguntó Jon observando a los reunidos.

—Te han propuesto para que seas el nuevo lord comandante. —Dijo el viejo Ulmer del Bosque Real.

«Esto ya es el colmo de tus bromas, Pyp.» Dijo para sí Jon lanzándole una mirada severa a su gracioso hermano negro. Pero Pypar meneo la cabeza, lo mismo hizo Grenn cuando notó la mirada gris de Jon. Miró a Sam y éste también hizo el movimiento negativo.

—¿Quién ha sido? —preguntó Jon.

—Fui yo. —Eddison se puso de pie—. Sé que parece una locura, pero considero que en lugar de mí Jon Snow sería una mejor alternativa.

—Esto no lo toleraré—increpaba Janos—, soy el señor de Harrenhal y no tengo por qué permitir que éste cambiacapas y cambiapieles usurpe lo que no le corresponde.

—Limítate en callar si no tienes nada mejor que decir—le respondió desafiante Cotter Pyke—,ya no tienes a tus capas doradas, y acá tu castillo es tan real como la puta más bella de Lys.

Nuevamente el palabrerío inundó la sala sin que nada se pudiera entender, Jon hizo un gesto con la mano, al tiempo que Fantasma lanzaba miradas de advertencia a todos, enseñando sus dientes. Y finalmente todo volvió a estar en calma

—Cualquier hermano negro puede proponer la opción que mejor le parezca. —Intervino Denys Mallister—. Y Eddison está en su derecho.

—Entonces elijamos ya—dijo Alliser golpeando la mesa—, Stannis prácticamente nos tiene confinados aquí sin comida y vigilados por sus guardias. Si tenemos que quedarnos toda la noche haciendo varias votaciones, así será.

—Señores, —Othell Yarwick también quiso intervenir—he decidido retirarme de la contienda con tal de que elijamos pronto a un lord comandante. Lord Janos es una buena opción, pero Jon Snow también ha demostrado valía por lo que ha hecho últimamente, sobre todo en la defensa del Muro. Aunque sea bastardo, proviene de una familia ilustre del Norte, la cual es más afín a los menesteres de la Guardia de la Noche que cualquier otra casa del sur. No les diré que lo elijan, pero tenemos una gran opción.

—¡La olla! ¡La olla! ¡La olla! —Comenzaron a clamar varios hermanos negros, y poco apoco esas palabras se volvieron un clamor general.

El maestre Aemon ordenó que la trajeran, Sam y Clydas la pusieron en el centro, era un artefacto muy grande y pesado. Cuando Clydas le quitó la tapa emergió de su interior el cuervo de Jeor Mormont, el anterior lord comandante.

—¡Snow!, ¡Snow! ¡Snow! —Era lo que repetía el ave al revolotear por el salón, hasta que terminó posándose en el hombro de Jon.

—¡Qué buen truco de Ser Cerdi! —dijo Alliser riendo—metió al pajarraco en la olla, sabiendo que todos los cuervos dicen lo mismo, pues se encargó de que lo aprendieran muy bien.

—¡Maíz! ¡Maíz! ¡Maíz! —Comenzó a decir después el cuervo, y la sonrisa de Alliser se borró al instante.

Los guardias negros de inmediato comenzaron a hacer fila para votar, mostraban un gran entusiasmo de poder hacerlo, sabiendo que ya iban a acabar con esa incertidumbre. No hubo objeción ante la enorme cantidad de flechas que depositaron en la olla, eso significaba que Jon era escogido casi por unanimidad. «¿Pero qué han hecho?» Se dijo Jon aun sin poder creer lo que acababa de pasar. De inmediato los otros hermanos negros comenzaron a felicitarlo, Pyp, Grenn, Sam, Edd, Dywen, Sapo, Gigante, entre otros, cada uno a su manera, incluyendo a Cotter Pyke y Denys Mallister.

—Ahora déjennos cenar de una jodida vez. —Exigió Cotter.

De inmediato Hobb Tresdedos y sus ayudantes fueron a las cocinas a traer la comida, para que los hermanos negros saciaran su apetito.

Tras la cena Jon dejaba el lugar acompañado de Sam, Pyp y Grenn. «Nunca creí que tuvieses ingenio para esto, Sam.» Pensaba Jon encabezando la marcha.

—Ha sido cosa tuya, Sam ¿No es así? —dijo Pyp como si adivinara las ideas de Jon—pero fue loco lo del pájaro. Imagínate si se posaba en la cabeza de Slynt.

—Les juro que no tuve nada que ver con ese cuervo. —Sam se defendía tímidamente.

—Como haya sido, vas a tener que explicarme bien eso. —Jon se volteó a verlo. —Quizás ahora en lugar de Mortífero te dirán Sam el Mago, o Sam el Magnífico.

—Así se habla—intervino Grenn, quien le alcanzó a Jon un cuero de vino—, ahora bebe para conmemorar este logro.

—Las cosas ahora serán más complicadas. —Dijo Jon tras tomar unos tragos.

—Vamos, Jon—Pypar sonreía con malicia—, para otros sí, pero para ti no veo cómo.

«He podido lidiar con Stannis siendo solo un bastardo. Pero no será lo mismo como lord comandante.» Se dijo Jon sin prestar atención en lo que le dijo su hermano juramentado.

La Princesa del Invierno: I El Saneamiento del MuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora