Capítulo 5. Pisa.

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Christine

Llegamos a Pisa y mi amiga estaciona el avión en un área privada del aeropuerto, me indica que bajemos y caminamos hasta una camioneta que esta estacionada cerca de su coche.

− Tío Lessan. – dice saludando al hombre que está afuera de la camioneta.

− Rosella, querida.

− Ella es mi mejor amiga Christine, Christine él es mi tío Lessan.

− Un gusto conocerla.

− Lo mismo digo.

− ¿Desde cuándo necesito tanta protección? – pregunta Rosella señalando unas camionetas que están cerca.

Su tío decide ignorar su pregunta. – En cuanto llegue Lía podremos dirigirnos a la mansión.

− Tío Lessan, ¿la tía Annika les dijo algo?

− ¿Annika? Espera ¿ha pasado algo?

− No importa, ya les contaremos Lía y yo en la mansión, subiré a mi coche, con permiso, vamos Christine.

Sigo a mi amiga hasta su coche, subimos a él y esperamos dentro hasta que su prima llega al aeropuerto baja de su avión y sube a su vehículo, en cuanto pasa eso su tío Lessan también sube a su camioneta y empieza a conducir, Rosella lo sigue, detrás de nosotras hay dos camionetas, luego está Lía y luego otra camioneta más, conducimos por unos 25 minutos.

− Bienvenida a mi mansión. – dice Rosella cuando se estaciona.

Bajamos del coche y unas sirvientas se acercan a ayudarla a sacar sus cosas, ella camina hasta la mansión indicándome que la siga y entramos seguidas de Lía y su tío Lessan.

Veo a una señora de pelo castaño muy hermosa acercarse, en realidad Rosella me ha dicho que ella no es hija biológica de Lady Rossi, sin embargo, al ver a la mujer acercarse no puedo evitar notar un parecido entre ambas, a la señora la sigue un hombre pelinegro con ojos del mismo azul que los de Rosella.

− ¡Mamá! – dice abrazando a la mujer − ¡Papá! – abraza al hombre. – Ella es mi mejor amiga Christine, Christine ellos son mis padres.

− Un gusto conocerlos.

− El gusto es nuestro. – responde su madre sonriendo.

− ¡Tía Nicoletta! – escucho que Lía dice detrás nuestro y la mujer se acerca a saludar a su sobrina.

De repente una niña pequeña sale corriendo de una habitación y se abraza a la pierna de mi amiga.

− ¡Hemana volviste! – mi amiga carga a la niña.

− Hola, Lionetta.

− ¿Quién es ella? – pregunta la niña señalándome.

− Ella es mi mejor amiga, Christine.

− Hola. – me dice la niña desde los brazos de Rosella.

− Hola, pequeña.

− ¿Por qué no pasamos al comedor? Ya están todos allí. – dice el padre de mi amiga.

− Vamos, por aquí Christine. – dice mi amiga y la sigo.

Cenamos intercambiando anécdotas divertidas, hasta que las niñas más pequeñas, se quedan dormidas y sus padres suben a acostarlas antes de volver a bajar y mandar a los demás niños a jugar, cuando solo quedamos Rosella, Lía, su primo de 14 años, los adultos y yo, el tema de conversación cambia.

− Y bien ¿Desde cuándo te pintaste el cabello Lía? – pregunta su padre.

− Hace unos pocos días.

Lady Euro MafiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora