Adrián
Después de pasar la Navidad en Pisa, mis amigos y mi novia acordamos celebrar el Año Nuevo en Los Cabos, Baja California con mi familia.
Viajamos a México en mi jet privado dos días antes de Año Nuevo, mis padres han comprado un crucero para que pasemos las vacaciones, sin embargo, ellos y mis hermanos llegaran hasta mañana, por lo que de momento nosotros nos alojaremos en un hotel.
Dejamos las cosas en el hotel en dos habitaciones diferentes, una para cada pareja, luego bajamos al comedor por un poco de comida.
− Les tengo una propuesta para esta noche. – les digo al terminar de comer. – hemos salido muchas veces, pero creo que jamás hemos tenido una cita doble, ¿qué les parece si lo hacemos está noche?
− ¿Qué propones?
− Explorar, la ciudad dar una vuelta, visitar la playa de los enamorados.
− ¿Esa playa no estaba en Chile? – pregunta Rosella.
− Si y no, aquí también hay una playa llamada así, aunque algunos le dicen la playa de los amantes.
− Me agrada la idea – dice Killian.
Las chicas asienten dejando claro que a ellas también.
− Perfecto, iré por otro trago, ¿me acompañas pequeña Rose?
Ella rueda los ojos – vamos, ¿ustedes quieren algo?
− Yo no gracias, amiga.
− Yo sí, un mojito tradicional, amor, por favor.
Empiezo a caminar hacia el bar con Rosella siguiéndome unos pasos por detrás.
− Un charro negro, por favor. – digo al llegar a la barra.
− ¿Y para usted señorita?
− Una paloma y un mojito tradicional.
La Bartender asiente ante el pedido y se dirige detrás de la barra para preparar las bebidas.
− ¿Y qué quieres decirme sin que escuche Christine? – La miro con fingida confusión – te conozco bien.
− Quiero pedirle a Christine su mano y necesitaré tiempo suficiente para comprar el anillo y preparar todo para la propuesta.
− Así que quieres que la distraiga.
− Correcto.
− Necesitaremos tu tarjeta de crédito para eso − La miro con cara de clara confusión − la llevaré de compras, yo pagaré mi ropa.
− Aquí están sus tragos. – nos interrumpe la Bartender.
− ¿Lo hablamos en la mesa? – asiente.
Regresamos a la mesa con las bebidas en la mano y nos sentamos, al lado de nuestros novios.
− Amiga, ¿qué te parece si vamos de compras antes de la cita doble? No traigo mucha ropa de playa.
Killian mira a Rosella confundido, ella le regresa la mirada e inician una conversación silenciosa antes de que Rosella centre su mirada de nuevo en Christine.
− No se...
− Yo digo que deberían ir, preciosa, es más – saco mi tarjeta de crédito – yo te invito.
− No es nece... − la interrumpo con un beso.
− Déjame consentirte.
Al final ella asiente, terminamos la comida y luego las chicas suben por sus bolsos, Killian y yo las vemos salir del hotel, momento en el que mi amigo me interroga con la mirada.
− Le propondré matrimonio a Christine.
− Eso es maravilloso.
− ¿Me acompañarías a comprar el anillo y acomodar todo para la cita?
− Por supuesto.
Mi mejor amigo me acompaña al centro comercial donde compro el anillo, luego compramos champagne, velas y comida para adornar la playa, luego nos ponemos manos a la obra y decoramos el lugar.
Las chicas llegan cuando el sol comienza a ocultarse, se ven hermosas con sus vestidos de playa y sandalias, Rosella me lanza una sonrisa cómplice, mi novia está sorprendida al ver la decoración.
− Esto es hermoso.
Killian y yo nos sentamos sobre la manta que colocamos en la arena y hacemos una seña a las chicas para que se unan a nosotros, lo hacen y empezamos a sacar la comida.
La cita va bastante bien, la comida es bastante rica, compartimos historias y jugamos juegos de pareja, saco los postres y le doy uno a cada uno.
Observo la reacción de Christine mientras come su pay, de repente se lleva la mano a la boca, sacando algo que mordió.
− Creo que mordí algo duro.
Rosella y Killian me lanzan sonrisas cómplices mientras Christine toma el anillo en sus manos.
− ¿Qué?
Me acerco a ella y tomo sus manos entre las mías.
− Mi pequeña princesa, al principio fuiste un capricho, un reto por conquistar, pero pronto te volviste mucho más que eso, ese día en mi fiesta al pasar tiempo contigo me enamoré de ti y me prometí a mí mismo que te protegería de todo, y pienso hacer eso, te amo Christine, ¿me harías el honor de casarte conmigo?
− ¡Si! ¡Por supuesto que sí!
Nos besamos mientras escuchamos las risas de alegría de nuestros amigos.
− Aunque pondré la misma condición que Rosella, será después de la graduación. – asiento.
− Bueno que les parece si brindamos para celebrar.
Bebemos champagne y pasamos el resto de la noche conversando, regresamosal hotel más o menos a la medianoche.
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Lady Euro Mafiosa
Novela JuvenilSegunda parte de Lady Mafiosa, sigue la historia de Rosella Rossi Marchetti mientras estudia la Universidad en Oxford