✡ CCLXXXVI

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Capítulo 286: Información

Raidel y los demás salieron del establecimiento bajo los halagos y alabanzas del vendedor de la tienda.

—Vuelvan a visitarnos, por favor —dijo el hombre desde la puerta, mientras les ofrecía reverencias exageradas—. La próxima semana nos llegará un lote de objetos mágicos de alto nivel. Los esperamos.

—Como si quisiera permanecer una larga semana en esta cloaca —murmuró Alisa, mientras se alejaba a grandes zancadas.

—Yo creí que estabas feliz de comprar tu torre de juguete —dijo Raidel con seriedad. Los cuatro compañeros empezaron a caminar por las calles.

—Si esta torre es lo mejor que se puede conseguir por aquí, entonces no albergo muchas esperanzas de que en el nuevo lote hayan cosas interesantes —replicó ella.

—Pero gastaste casi todas tus gemas en esa torre: fue el equivalente a comprar varios edificios de este reino —dijo Keila—. ¿No significa eso que es un buen objeto?

—Bueno, yo diría que es un objeto "decente" —dijo Alisa—. Pero me temo que para conseguir objetos realmente interesantes debemos buscar en otro lugar, ya sea en un gran imperio o… o en el Torneo de las Mil Escuelas.

Por alguna razón, a Raidel se le erizó la piel al escuchar eso. Sabía que los premios a los participantes del torneo eran fabulosos y por ello millones de guerreros soñaban en participar… además de la fama y renombre que uno ganaba por el simple hecho de entrar a la competición.

—Así que ahora también quieres participar en el torneo, ¿eh? —dijo Raidel—. Creí que habías dicho que era un suicidio…

—Eso fue hace mucho, mocoso. —Se rascó la mejilla con un dedo—. Últimamente han pasado cosas que… me han hecho cambiar de opinión. Además, cualquier objeto mágico que te den por clasificar a la primera ronda debe ser mucho más valioso que esta torre en miniatura… Quiero ver qué puedo obtener.  

Raidel estaba sorprendido. Si una gruñona e inconformista como Alisa decía que iban a haber buenos premios, entonces él no se imaginaba la clase de maravillas que encontraría en aquel lugar…

Ya se acercaba el mediodía y el sol brillaba en lo alto en toda su intensidad.

Las calles seguían bastante concurridas, y Raidel observó varias sombrillas mágicas que flotaban a unos metros por encima de la gente, protegiéndolos del sol. Cada persona tenía su propia sombrilla, y se movían conforme ellos caminaban.

A Raidel le resultaba empalagoso pensar en tantas comodidades. ¿Cómo era posible que esta clase de gente fuera fuerte si ni siquiera podían soportar el sol del mediodía? Probablemente la respuesta era que no eran fuertes. Observó que la mayoría de los que usaban sombrillas mágicas tenían sobrepeso, llevaban ropajes coloridos de oro y seda, y caminaban con las frentes bien en alto. Seguramente eran nobles; nobles especialmente ociosos. ¿Cuáles serían sus principales pasatiempos? ¿Asistir a glamurosos banquetes, carnavales y contemplar las competiciones y torneos desde las gradas? Una vida ociosa dedicada casi exclusivamente en gastar toda su herencia para que su existencia fuera lo más cómoda y despreocupada posible… Raidel nunca hubiera imaginado que incluso en Loto Plateado existiría esa clase de gente. Seguramente eran más débiles que cualquier guardia o bandido de Roca Blanca. Incluso parecían incómodos por el simple hecho de tener que caminar. Seguramente la mayor parte del tiempo la pasaban sentados dentro de sus comodísimos carruajes, mientras comían algo de naturaleza grasosa.

Keila señaló con un dedo el edificio que se alzaba frente a ellos.

—Ese hotel parece bonito. Deberíamos ir a…

✡ Guerra de Dioses y Demonios 3: El Torneo de las Mil EscuelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora