✡ CCXCVIII

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Capítulo 298: Khumar vs Mandy

Phagor y Misha llegaron al epicentro de la batalla. Pero desde hacía rato que todo ya había terminado. Centenares de guerreros de Immortal Blood yacían en el suelo, inconscientes o muertos. Y no había ni rastro de Raidel.

Phagor le dirigió a Misha una mirada asesina.

—Lo viste, ¿no? —sus cuatro ojos se removían, enloquecidos—. Esa luz roja de hace un rato…

—Y después todo quedó en silencio —dijo Misha. No pudo ver qué era aquella luz roja porque en ese momento se encontraba demasiado lejos, pero estaba casi segura de lo que se trataba—. Seguramente usaron un Talismán de Teletransportación.

—Si desde el principio tuvieron un objeto semejante, ¿por qué lo usaron recién ahora?

Misha se preguntaba lo mismo. Además, ¿dónde estaba el sujeto que derrotó a Coxys? Por un momento pensó que aquel hombre, quien quiera que fuera, capturó a Raidel y luego huyó con ayuda del Talismán, pero Khumar nunca hubiera permitido eso… Habían muchas preguntas pero ninguna respuesta.

Phagor deambuló por los alrededores a grandes zancadas, mirando atentamente cada rincón y agujero en el suelo, como si esperara que en cualquier momento el pelirrojo iba a surgir de alguno de esos lugares, pero en el fondo sabía que eso no iba a suceder.

A continuación Phagor y Misha se giraron hacia el sur y vieron que la línea del horizonte, la misma por la que ellos habían llegado, ahora estaba infestada por diminutos puntitos negros, que formaban una larga hilera en el cielo.

—Son rápidos —observó Misha con una mano sobre su frente.

—Maldición. Si ellos encuentran al pelirrojo primero…

—El pelirrojo ya está fuera de nuestro alcance, y lo sabes —dijo Misha—. En este punto es imposible saber a dónde ha ido a parar. Fin del juego.

A Phagor no le hacía ninguna gracia el hecho de que hubiera perdido tanto tiempo en vano, pero ahora empezaba a entender por qué Darkoff estaba tan interesado en el pelirrojo. No cualquiera podría ser capaz de huir de tantas organizaciones durante tanto tiempo… Según tenía entendido, ya eran varios meses desde que lo estaban buscando. Evidentemente, él debía tener algo especial…

Misha interrumpió sus pensamientos.

—No sé tú, pero a mí no me hace mucha gracia enfrentarme contra tres Batallones más del White Darkness —dijo ella, mientras subía de un salto a su cuervo mágico—. Hora de salir de aquí.

Ambos rivales estaban frente a frente, mirándose con notoria hostilidad. Solo unos míseros metros los separaban.

Una bestia roja y otra dorada. Ambos desprendían una extraordinaria aura a su alrededor como nada que Raidel hubiera visto hasta entonces. Sus auras se condensaban en el aire en vez de disiparse, lo que provocaba que el ambiente se hiciera mucho más espeso y viscoso, como si el aire en toda la cima de la montaña se hubiera transformado en miel, ralentizando los movimientos de Raidel y los demás presentes. El muchacho descubrió que era extremadamente difícil moverse en ese estado.

No obstante, no se habría movido ni aunque hubiese podido. La simple visión de ambas bestias legendarias era suficiente para petrificar sus movimientos.

—Qué coincidencia encontrarme a este pajarraco aquí. Soy muy afortunado —dijo Khumar—. De esa forma me aseguraré de limpiar parte de la basura de Loto Plateado.  

✡ Guerra de Dioses y Demonios 3: El Torneo de las Mil EscuelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora