El primer rayo de sol que se coló por la ventana me despertó suavemente. Al principio no abrí los ojos, prefería saborear la calidez de la cama, el olor a limpio de las sábanas y la sensación de estar envuelta en unos brazos fuertes, que me sostenían como si fuera la única cosa que Jungkook no quería soltar. No me moví de inmediato; me limité a disfrutar del momento, sintiendo su respiración pausada en la parte trasera de mi cuello. Sus brazos estaban firmemente alrededor de mi cintura, y el leve cosquilleo que producía su respiración me arrancó una sonrisa que se dibujó en mis labios sin esfuerzo.
Era una de esas mañanas en las que no necesitas nada más. Simplemente estar. Lo sentía tan cerca, su pecho contra mi espalda, y el suave peso de su brazo reposando sobre mí me hacía sentir protegida, como si todo fuera perfecto.
Abrí los ojos lentamente y me quedé observando el cuarto iluminado por esa luz dorada de la mañana. El ambiente era tranquilo, con el suave sonido del viento moviendo las cortinas y el canto de algunos pájaros en el exterior. No había lugar más cómodo en el mundo que donde estaba en ese momento.
Sentí que Jungkook comenzaba a despertarse detrás de mí, su respiración cambió ligeramente, más profunda, como si el sueño estuviera abandonándolo poco a poco. Me quedé quieta, esperando a ver qué haría, y entonces, de repente, su voz ronca, aún cargada de sueño, rompió el silencio.
—Buenos días, manzanita —murmuró, su tono tan suave que me provocó un escalofrío de ternura.
No pude evitar sonreír, sintiendo cómo mi cuerpo se relajaba aún más en sus brazos.
—Buenos días, Jungkook —respondí, mi voz saliendo un poco ronca también por el sueño.
Él se movió ligeramente, aflojando su agarre, pero manteniéndome lo suficientemente cerca como para no perder ese contacto íntimo.
—¿Cómo dormiste? —me preguntó, y pude sentir su sonrisa juguetona sin necesidad de verlo.
Suspiré, sintiéndome completamente cómoda en su abrazo, con los ojos aún entrecerrados.
—Dormí más que bien —contesté, sintiendo cómo el calor de su cuerpo y el suave roce de nuestras pieles seguía presente, envolviéndome en una nube de tranquilidad.
—¿Más que bien? —repitió en tono divertido—. ¿Tan bien fue mi compañía?
Reí un poco, mis mejillas empezaron a tomar ese suave calor al recordar lo nerviosa que había estado la noche anterior.
—Mucho más que bien —aseguré, volviendo a cerrar los ojos, disfrutando de la cercanía.
Jungkook se estiró un poco, y su pecho rozó mi espalda cuando lo hizo. Me reí suavemente al sentir el movimiento y entonces lo escuché reír también.
—Entonces… —dijo, en ese tono juguetón que me encantaba—. ¿Escuchaste mis ronquidos?
Abrí los ojos, sorprendida por su pregunta, y luego solté una carcajada, girando un poco la cabeza para mirarlo por encima del hombro.
—¿Ronquidos? —repetí entre risas—. No escuché nada por la noche, te lo juro.
—Hmm... —hizo un sonido como si estuviera pensativo, fingiendo duda—. No sé si creerte.
Me giré un poco más en la cama, ahora viéndolo directamente a los ojos. Su expresión divertida, con una sonrisa perezosa, me hacía querer quedarme ahí para siempre, viendo ese lado de él que pocos conocían.
—En serio, no roncas —le aseguré, sonriendo mientras levantaba una mano para despeinar suavemente su cabello.
Él dejó escapar una risa suave, y luego, sin aviso, me apretó más contra él, su rostro se hundió en mi cuello y dejó un beso ligero en mi piel que me hizo estremecer.
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BAE ; Jungkook
Fanfiction𝐄𝐩𝐢𝐬𝐨𝐝𝐞 𝐭𝐡𝐫𝐞𝐞: Pαrα Hαe, Jungkook erα lo mάs ımportαnte en su vıdα, erα su Bαe, su crush ч su prımer αmor que me rompıó el corαzón.