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Cuatro días después

—Ese Jungkook ahora queda en mi lista negra -—ijo con cierto enojo mi amiga, yo no conteste, realmente no me apetece hablar—. Mira como te dejo ese tonto.

Siento como Jung toma mi mano entre la oscuridad de mi habitación, la aprieta y cierro los ojos al sentir su apoyo. Jung no ha dejado de venir ningún día a mi casa desde que me paso el accidente de aquel día.

—No puedo creer lo que hizo este Jeon —sentí como Jimin golpeo mi colchón enojado.

—Ey, venimos a darle felicidad y no estresarla o ponerla triste.

Sonrió a medias, y agradezco lo que dice Jung, realmente necesita estar calamada para poder recuperarme y no estresarme por ninguna cosa. Con todas mis fuerzas trataba de olvidar a ese chico.

—¿Cuantas horas tienes que estar con esa lámpara en la cara Hae?

Suspiro y me acomodo bien en la cama—. Se deja unos cuarenta a una hora —Susurro desanimada.

Aun que trataba de olvidar todo lo sucedió, no impidió a me sintiera mejor, me siento triste, desanimada y más con esto de la paralisis facial no me deja nuy animada o feliz.

Ese día que estaba discutiendo con Jungkook me sentí muy mal de salud, me desmaye y desperté en el hospital, el doctor dijo que me había dado una paralisis facial, osea que la mitad de mi cara está ligeramente con una mueca, recuperarse de esto toma seis meses... aún hay casos que es casi instantánea la recuperación.

Llevo cuatro días con un tratamiento térmico facial, he sentido un poco de mejoras, pero aún así no se va la mueca. Dice el doctor que fue producido por un evento traumático, osea: Jungkook y su traición a todo. Tanto fue así que mi pecho aún duele que tengo que respirar profundamente para apaciguar el dolor.

¿Qué si Jungkook se presentó? Claro, más de una vez. Mi padre justo en ese momento había llegado de JeJu y se entero de todo por mi mamá, así que prácticamente cuando lo vio le amenazó si lo volvía a ver nuevo aquí.

Ay, ese día fue horrible.

Nunca pensé que un hombre me hiciera tanto daño. Es que es Jungkook... es único y eso es lo que más duele, que tu amor platónico haya jugando con tu confianza y sentimientos...

—Ay mi beba —siento las manos de Jung en mi rostro—, no llores mi niña —Dice corriendo las gotas de mis ojos, simplemente acordarme de su nombre me hace sentir débil.

¿Tanto habré estado enamorada de Jungkook para que me afectará así de fuerte?

Unas de las cosas que agradezco, es que ya no iba a tener clases por la practica que se viene dentro de unas semanas y por lo cual no lo iba a ver por un largo tiempo.

—¿Has hecho tus ejercicios fáciles? —me pregunta Jimin, mirándome con un deje de preocupación.

—Si, aun que es cansando y difícil.

—Para eso está este tratamiento, para relajar los nervios y músculos de tu carita —Jung me sonríe.

—Si, muchas gracias que estén ustedes aquí apoyándome —les miro a cada uno agradecida por su preocupación y por su amistad.

Sin duda son los mejores.

—Si quieres no vamos para que estés tranquila y relajada —opina Jimin.

—No —digo de inmediato, no quiero estar sola—. Por favor quédense la mayor parte del tiempo, si quieren pueden quedarse a dormir, solo... no me dejen sola por ahora, por favor —susurro con una angustia.

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