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P.o.v Mikey

Me había negado... Mitsuya me había negado...
Calmate, Mikey, calmate, tal vez lo hizo por seguridad, sí, fue por seguridad, eso tuvo que ser...
Pero me negó...
Aunque tal vez tampoco lo dijo literal... Mitsuya no tenía razón ¿O sí?
O sea, siempre he tenido estos impulsos oscuros... Pero ante ellos no lo demostré, ellos me conocían como alguien amable y... ¿y qué me pasó? Yo no quería esto... Yo quería una nueva era... No esto... He caído tan bajo...

(Y como se me acabó la creatividad vamos al futuro ^^)

3 meses después

P.o.v Rindou

Estabamos en la piscina de mi casa. Los únicos en la casa éramos Sanzu que seguía viviendo con nosotros por orden de Mikey, mi hija y yo.

Las lesiones de Izanami habían sanado de manera correcta, aún que a veces le dolía.
Decidí que la natación podría servirle de rehabilitación.
Ahora estaba enseñándole lo más básico, pero ella parecía no comprender.
Haruchiyo simplemente estaba fumando mientras nos observaba.

Rindou: No, Izanami, así no. No tienes que doblar el brazo..

Izanami: Pero no lo hago.

Sí lo hacía.

Rindou:....
¿Podrías traerme un vaso de agua, hermosa?— Le pedí cuando comencé a sentirme desesperado.

Izanami: Sí, papá.—Dice saliendo de la piscina y corriendo a la cocina.

Sanzu:¿Qué? ¿Ya te estás arrepintiendo?

Rindou: Arrepentida tu madre cuando te tuvo.

Sanzu: Uta ma... Uno que quiere hablar bien contigo y tu qué no quie...— Mikey llegó corriendo y riendo y se lanzó a la piscina mientras que los de seguridad disparaban. Mikey llevaba un salvavidas de patito y un short negro.
Kakucho estaba corriendo y esquivando los balazos de los de seguridad.

Sanzu explotó en carcajadas.

Rindou:¡No disparen!— Ordené.

Los guardias obedecieron.

Rindou: Ahora vuelvan a cuidar la entrada y espero que esta vez lo hagan bien.

P.o.v Kokonoi

Entre a casa de Rindou.
Saque mi celular un momento para responder algunos mensajes; alce la vista cuando vi una pequeña sombra pasar, guarde el celular y vi unas huellas pequeñitas, y un rastro de agua en dirección a la cocina.

La niña pequeña llevaba un vaso de agua con mucho cuidado.

La tome de la muñeca, el vaso se calló de sus manos.

Koko:¿Qué haces aquí?

Izanami: A-aqui vivo. Suélteme.

Koko:¿Cómo que aquí vives? Eres una intrusa...—

Ran: ¡Koko, suéltala!

Koko:¿Que la suelte? ¿¡Qué no ves que...—

Ran:¡Es hija de Rindou!

La solté por el impacto de la noticia.
¿Rindou siendo padre?

Mire a la niña, parecía aterrada mientras recogía los pedazos de vidrio del vaso que se había caído.

Ran: Deja eso, Izanami, te vas a cortar.

Izanami: N-no puedo... Fue mi culpa... No-no quiero que me golpeen por esto...— Parecía desesperada.

Pequeña esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora