Luego de algunos vómitos de Izanami y varias infernales horas en auto, finalmente, llegamos. O bueno, faltaba sólo media hora, ya se podía ver la costa.
Takeomi:¡Weeeyyy, ya casi! ¡A huevooo!— dice mirando a la costa ¡Qué preciosidad!
Rindou: Guarda silencio, imbécil, vas a despertar a mi niña.
Ran:. . . ¿Takeomi, no se supone que tú vas manejando?
Takeomi: Sí, ¿Por qué?
Hanma:¡Entonces regresa la vista a la carretera! —dije alcanzando el volante para después girarlo ya que casi chocamos.
Ran: Eso estuvo demasiado cerca...
Takeomi: Dichosos ustedes que pueden ver el paisaje sin preocupaciones.— Acomodó el espejo retrovisor. —¿Soy yo o el otro auto no viene detrás de nosotros?
Ran se asomó.
Ran: No. O sea Sanzu y ellos van frente a nosotros, pero Kakucho y Mocchi no vienen atrás.— saqué mi teléfono para llamar a Kakucho.
Rindou:¿Los llamo?
Hanma: No es necesario, ya estoy llamando a Kakucho.
Takeomi: Pon altavoz.— puse altavoz.
Teléfono: El número marcado, no está disponible.— y cortó la llamada.
Hanma: A ver, a Mocchi.— buscaba el contacto.
Rindou: Tampoco contesta.
Ran:¿Pues dónde se metieron esos cabrones?
Mientras Tanto
P.o.v Kakucho
El camino era muy feo, lleno de lodo y baches, también había muchos árboles a nuestro alrededor.
Kakucho:¿Estás seguro de que es por aquí?
Mocchi: Se supone... ¡Ya ves, la cosa esta ya no sirvió!- se refería a el GPS.- pero ya antes habíamos venido acá, y según yo era por aquí.
¿Acaso no confías en mi sentido de la orientación?Kakucho:¿Te digo la verdad o la mentira?
Mocchi:. . . Mejor no me digas nada.
Tomé el GPS para ver cuál era el problema.
Kakucho: Creo que no hay señal aquí. - el auto comenzó a brincar y frenarse de a poco.
Mocchi:¡No, no, no!- dijo golpeando el volante.
Kakucho:¿Qué pasa?
Mocchi: La gasolina.
Ni modo, toca caminar.Kakucho:¿Qué? ¡No! Estamos en un bosque, ¡Nos perderemos!
Mocchi: No te preocupes, ya no falta mucho para llegar.- dijo mientras bajaba del auto.
Esto es una mala idea, en definitiva, es una idea muy mala.
Tres Itadoritos después...
Estaba cansado, muy cansado. Ya no aguantaba los pies y me estaba muriendo de sed.
Moriríamos en este lugar.
Kakucho:¡A la mierda! ¡Me rindo! —me senté en un tronco.
Mocchi:¡Anda sí puedes, sólo un poco más!
Kakucho:¡Aaaahhhh! Tengo sed!
Mocchi:¡Me llegó un mensaje!
Kakucho:¿¡Qué dice!?
Mocchi: Nah, que va. Está comprobando si hay nuevos mensajes.
Kakucho:¡No importa! ¡Intenta llamar a alguien!
Mocchi: Pero... Ya casi no tengo bateri...— le quité el celular y busqué en sus contactos hasta encontrar a Mikey.
Kakucho:¿Mikey?
Mikey:¿¡Dónde.. tas!?— se cortaba la llamada.
Kakucho:¡Te mando la ubicación!
Mikey: Ya... Man... Guíen... Uca...r...(Ya mando a alguien a buscarlos) —se cortó la llamada.
Rápidamente envié la ubicación, y justamente le llegó el mensaje, el teléfono se apagó.
Mocchi: Deberíamos seguir...
Kakucho:¡No! ¡Nos vamos a esperar aquí, a que alguien llegue por nosotros!
P.o.v Mansaku
Me dormí algunas horas antes de llegar.
Me desperté por una llamada que Mikey recibió, tal parecía que alguien se había perdido.Mikey:¿Haruchiyo, cuánto falta?
Sanzu: Media hora cuando mucho.
Mikey: Ah, bueno. En cuanto nos dejes en el hotel te vas a buscar a Kakucho y Mocchi.
Sanzu: Sí, señor.
Mikey: No puedo entender cómo es posible que se hayan perdido.
El camino me parecía familiar.
Mansaku:¿Cómo se llama el lugar al que vamos?
Koko: Creo que era Sakamoko.
De todas playitas solitarias ¿Necesariamente tenía que ser esa? No quiero ir ahí, no quiero recordar.
El otro día les mentí a Shinichiro y Draken. En realidad, después de irse, sí supe una última cosa de ella; el mar se la tragó. Cuando Makoto tenía unos... Cuatro o cinco meses de nacido, por un amigo me enteré de que una gran ola había destruido a casi todo el pueblo, y ella se ahogó ese día.
Bueno... Ya pasaron más de cincuenta años y además, se supone que es un viaje para relajarse ¿No? Intentaré disfrutar y ser feliz un rato.
Perdoooon, genteee! Me have noneshion of ispirashioneshion this days.
Saludos paraaaa kim_28m. <3
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Pequeña esperanza
FanfictionLlegó a mi vida de la nada. La encontré frente a mi puerta; pequeña, débil, indefensa. Ella necesitaba refugio y yo algo que me obligara a aferrarme a la vida.