La Guarida de Stormterror

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Los días vinieron y se fueron, había pasado un tiempo desde aquélla peculiar cita qué Izuku tuvo con Lisa, nada interesante había sucedido durante los días que vinieron, la ansiedad carcomia a Izuku y compañía. Sin qué lo supieran, ya habían pasado 2 semanas de puro suspenso, aunque durante esos días Izuku si tuvo chance de hablar con Jean, ella le había dicho que no sabía ciertamente cuando es que Diluc daría el aviso para que todos se reunieran.

Sus palabras solo hicieron que el suspenso fuera aún mayor, lo único que tenían consigo era la paciencia, a pesar de las misiones qué hicieron esos días, llegó un punto en el que no había más misiones en la agenda por hacer, aunque habían descubierto nuevos lugares, les quedo tiempo de sobra. Izuku aprovechó ese tiempo para entrenar junto a Aether quien vió esto como una buena forma para pulir sus habilidades.

Tenían pequeños combates amistosos en el que los dos pudieron distraer sus mentes, habían ocasiones en las después de entrenar, Izuku iba de voluntario a ayudar a la bibliotecaria, aunque lo único que le pidió fue qué no le dejara toda la carga a él. La experiencia en si no fue mala, pero Lisa siempre lo distraía diciendo comentarios que eran en tono de juego o ya de plano atrevidos, y eso hacia qué nuestro prota no pudiera concentrarse en su pequeño trabajo temporal.

Algo más que había que añadir era qué Izuku ya no había tenido un sueño parecido al qué tuvo aquél día, aunque todavía se acordaba de su primer extraño sueño, aún no había soñado algo que se relacionara con su primer sueño.

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Aunque pareciera que nunca iban a recibir a algun llamado del pelirrojo, la paciencia había valido la pena ya que a inicios de la tercera semana, Diluc había dado el comunicado de que debían reunirse en el Viñedo, aquél lugar que estaba a más de 1 kilómetro de Mondstadt. Eso le importó una pepino a Izuku y compañía, quienes al mediodía ya habían recorrido medio kilómetro como si nada, iban a paso rápido, estaban ansiosos por saber que tenia el pelirrojo para contarles.

En menos de lo esperado, ya habían llegado al Viñedo. En la entrada estaba Jean, Venti, y Diluc, esperándolos a que llegarán.

Un saludo rápido fue suficiente para que ahora así, pudieran discutir su siguiente movimiento.

Bien, iré directo al grano, lamentablemente no pude encontrar información relacionada a la Orden del Abismo, aunque pregunte a cada red de contactos qué poseo, ninguno pudo encontrar algo.-Diluc habló.

Sus palabras eran honestas, pero ligeramente venían cargadas de decepción aunque no lo demostrará.

No puede ser...-Aether habló, la decepción en su tono de voz era más que notoria.

Tanta espera para nada...-Izuku habló, denotando un tono similar al del rubio.

No saquen conclusiones todavía, puede que esto no fuera lo que esperarán, pero durante esos días, busque por mi propia cuenta y aunque fue tedioso, pude encontrar algunas pistas.-Diluc comentó.

Al menos estabas preparado por si esto llegaba pasar, ¿no es así?-Venti habló, viendo al pelirrojo.

Diluc no dijo nada más que solo asentir.

Ahora que lo pienso, Señor Arconte Anemo Barbatos, ¿por que necesita ayuda de unos humanos comunes como nosotros?-Paimon preguntó con curiosidad e intriga.

A Izuku le había hecho una clic en la mente, así como al rubio, habían olvidado que tenían en su equipo a lo que sería un dios o un Arconte como son conocidos aquí.

Venti rió ligeramente para luego responder.

Pues verás... Los Siete, como las personas nos llaman, solíamos ser conocido como "Los Siete Arcontes". Cada Arconte gobierna su propio territorio de Teyvat, ese sería nuestro rol como Arcontes.-explicó.

Las Memorias Perdidas De Un Héroe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora